Bolivia acaba de contemplar la compleja visita de Luis Almagro, Secretario General de la OEA; compleja no solo por su declaración de que sería “discriminatorio” oponerse a la participación de Evo Morales en las elecciones de octubre, considerando la reelección indefinida de algunos presidentes centro americanos. Esta afirmación no toma en cuenta que la decisión de una mayoría de bolivianos fue negativa para la reelección del binomio Morales-García Linera en el Referendo del 21F. Continuamente el Secretario General había negado que la reelección indefinida sea parte del derecho humano de las personas, valiéndole una serie de agrias adjetivaciones del presidente Morales y de sus allegados y seguidores.
Además de lo anterior, el desplazamiento de Almagro al Chapare a pocas horas de la proclamación del binomio oficialista en ese mismo distrito, constituye un grave error, por tratarse de un conocido centro de dotación de coca para el narcotráfico, como se conoce a nivel internacional. En la oportunidad Almagro lució una guirnalda simbólica de la controvertida hoja. Estas manifestaciones ambivalentes dejan perplejos a propios y extraños, pues se supone que la producción, y el tráfico de cocaína desde el continente es un tema de preocupación capital del organismo que regenta el Secretario General.
A pesar de estos extremos meticulosamente calculados por el Gobierno, quedan dudas sobre cuál fue el verdadero motivo de la visita. La primera sería el propósito de Almagro de asegurarse el voto del Gobierno a favor de su reelección en el alto cargo internacional que ocupa, voto que hasta entonces habría sido negativo. La alternativa consistiría en el desarrollo de una sutil estrategia conducente a obtener la neutralidad de Bolivia con respecto al fin supremo de liberar a Venezuela de la dictadura impuesta, inclusive en el momento de tomarse medidas drásticas con esa finalidad, obviamente a cambio del apoyo que acaba de recibir el oficialismo.
Acerca del supuesto desarme anti reeleccionista de la oposición por los resultados conocidos, no ocurrirá ese cálculo, sino que más bien puede tener efectos restantes a la postulación que acaba de proclamarse. Esto es posible si se recuerda las expresiones de un embajador estadounidense en sentido de no votar por Evo Morales en su primera elección. De ahí que el MAS ahora trata de restar importancia a las acciones efectuadas por Almagro.
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