La democracia está en juego

El monseñor Jesús Juárez, arzobispo de Sucre, pidió a la población, en el Tedeum por el 210 aniversario del Grito Libertario en Chuquisaca, que tome conciencia frente a la proximidad de las elecciones generales que se realizarán en octubre, porque la democracia está en juego.

“Tomemos conciencia de su importancia (de los comicios), porque está en juego la democracia, y con responsabilidad conozcamos los programas y proyectos que los candidatos proponen y que éstos sean acertado y viables para no defraudar las esperanzas del pueblo”, expresó le religioso.

Remarcó la necesidad de una mayor unidad entre todos y desterrar los colores políticos, olvidar los rencores y los deseos personales para “trabajar decididamente por el bienestar y progreso”.

También, haciendo memoria del mensaje de los obispos, emitido en su última asamblea, Juárez llamó a una campaña electoral respetuosa de la verdad, de unos hacia otros candidatos, pacífica y de igualdad de condiciones.

“No se puede aceptar el control o la manipulación de los votos como instrumento de poder; solo una auténtica libertad, exenta de presión, puede garantizar el ejercicio efectivo de los derechos humanos, y una verdadera democracia da legitimidad al gobierno que surge de un proceso electoral transparente y de respeto inviolable de la decisión del pueblo soberano”, apuntó.

De la misma forma, pidió a todos los servidores públicos, como constructores de una nueva sociedad, pedir a Dios que les conceda inteligencia para practicar la justicia; un corazón sabio e inteligente y la capacidad para distinguir entre el bien y el mal.

Lamentó que a la joven democracia boliviana se le esté acercando “negros nubarrones por las mafiosas redes del narcotráfico, el tráfico de influencias, la desencadenada violencia de todo tipo, la trata de personas y los escándalos producidos por los tentáculos de la corrupción, en sus múltiples formas, que despojan los recursos de los más vulnerables, sofocan la justicia, afectan el desarrollo económico de todos, destruyendo la confianza pública de personas e instituciones”.