La Primera Revolución Industrial llegó con la máquina de vapor que permitió acceder a la energía hidráulica y llevó a la mecanización de los procesos industriales. La Segunda Revolución Industrial utilizó la electricidad y la cadena de montaje, tecnologías que permitieron la producción en serie.
Luego fue el turno de la Tercera Revolución Industrial que se generó gracias a la informática que implica la integración de la tecnología de la información a los modelos de producción tradicionales desde la perspectiva operativa, sin interferir directamente con la línea de ensamblaje.