Decrece importancia del voto campesino

Algunos analistas políticos y electorales se limitan generalmente a utilizar los fríos números de las encuestas, pero utilizando métodos positivistas no se esfuerzan por hacer deducciones y así terminan dando opiniones contradictorias y poco lógicas.

Una encuesta de la empresa Tal Cual, mal utilizada, dice que la población rural tiene un sentimiento preferente por el candidato Evo Morales Ayma para las elecciones de octubre y que, en cambio, no goza del afecto de las poblaciones urbanas. Sin embargo, sin mayor análisis, se anticipa que en total el candidato oficial tiene alto porcentaje de apoyo, ya que en el área rural el apoyo sería del 51 por ciento y en el área urbana el 47.

Sin embargo, viendo el asunto en forma menos emocional, el resultado final sería otro. En primer lugar, porque la población del campo solo alcanza al 30 por ciento del total nacional. Es más, en realidad, esa población está dividida y enfrentada (Yungas, Achacachi, etc.) y se considera que mucho más de la mitad de la misma tiene un sentimiento negativo en relación con el candidato inconstitucional, como resultado de la discriminación a que ha sido sometida la masa rural, al habérsele arrebatado sus derechos económicos democráticos, etc. Esa votación rural a favor del candidato oficial sería quizá menos de la mitad de lo esperado.

Por otra parte, el articulista que comenta dicha encuesta confirma que en el área urbana la población rechaza a Evo Morales. Ahora bien, si se suma esos indicadores, resulta que los totales, por un lado, son bajos a favor del candidato oficial y, por otro, elevados para la oposición.

Al respecto, se debe tomar en cuenta que no solo la población campesina del país (30%) es menor y está dividida y que, al mismo tiempo, la de las ciudades es más grande (70%) y unida, lo cual hace variar aún más los porcentajes pronosticados. El voto a favor de Evo Morales decrece y de la oposición crece, lo cual se confirma cuando un analista pide que “hay que trabajar más” en el campo, pese a que allá operan “organizaciones sindicales” que ¡“controlan a las bases bajo mecanismos de sanciones”!, confesión de parte que muestra los entretelones del montaje electoral.

No se debe olvidar que la ciudad arrastra al campo y no al revés, por lo tanto, los indicadores de la encuesta seguirán variando, es decir que crecerá el voto opositor en las ciudades y decrecerá el del medio rural.

Al parecer, el oficialismo sabe que la votación urbana le es negativa, como confirman las encuestas. Por ello está queriendo hacer ver que el campesinado definirá la situación, malabar que, de todas maneras, sería el campo el que dé el triunfo, algo ilógico, por supuesto.