Los precios bajos del grano, los efectos climáticos y los altos costos de producción han obligado a los productores de soya a anunciar medidas de presión si en el lapso de 72 horas el Gobierno aprueba la liberación de las exportaciones del grano.
De acuerdo con datos del Instituto Boliviano de Comercio exterior (IBCE), desde febrero se observó una disminución del valor de la soya en los mercados internacionales, mientras los pequeños productores informaron la semana pasada que los industriales les ofrecieron precios por debajo del nivel mundial.