José Ocampo Castrillo
Los candidatos, para La Paz y El Alto, centraron sus ofrecimientos en mega proyectos para impresionar al votante. Ninguna propuesta se ha ocupado del ciudadano de a pie para solucionar su problema particular. Me explico, son dos temas que lo tienen a mal traer: la aprobación de planos de construcción y el catastro impositivo que, en el fondo son los factores de corrupción.
En relación con los megaproyectos (con trenes voladores), sabemos que están supeditados simplemente a la existencia o no de los financiamientos; si hay dinero, se los hace, si no hay dinero, se quedan en buenas intenciones. Recordemos el ofrecimiento de la Gran Vía de aquellos años.
Mucho se habla de la Metropolización. Efectivamente, es el punto de partida que urgentemente se debe enfrentar. El Alto, por su característica del crecimiento urbano, debe constituirse en el eje del proyecto; está ya conurbado con Viacha; la carretera que antes los comunicaba, ahora es una vía urbana de alta circulación. Con La Paz, desde su nacimiento es una sola urbe, con la diferencia que ésta, no tiene ya dónde extenderse, pero El Alto sí, tiene todo el altiplano sur y oeste para su expansión. Las autoridades elegidas, dejando de lado el resentimiento politiquero, deben sentarse alrededor de la mesa de trabajo para programar la Metropolización. El punto de partida es el estudio metropolitano del tráfico y vialidad; con los sistemas PumaKatari, Sirari y el Teleférico, con sus futuras ampliaciones; efectuar la planificación total del tráfico con vías, paradas y tarifas fijas. La ciudad es un ser vivo, las vías son las venas por la que circula la sangre (transporte y peatones) para dar vida a la ciudad. Las vías son propiedad del ciudadano, el Municipio las administra y la Dirección de Tránsito hace cumplir la norma. El Municipio licita el uso de las vías a empresas privadas de transporte. Con esto se acaba la anarquía de los transportistas privados, incorrectamente organizados en sindicatos, perjudicando a la población.
Para la Metropolización, primero se tiene la mancomunidad, en la que los Gobiernos Municipales se convierten en Comunas, Partidos, Distritos, etc., dependiendo de la división política que pueda decidir la mancomunidad. Teóricamente, se borra las fronteras geográficas, lo que permanece es la frontera económica, los contribuyentes siguen registrados en el Municipio al que pertenecen. La mancomunidad es la que atiende las necesidades urbanas. Con este trabajo, son solucionados los problemas actuales de límites. Éstos no son solucionados con leyes ni mucho menos con referendos. Desde su origen son límites llamados arcifinios (límites naturales, ríos, quebradas, lomas, montañas etc). Tampoco se soluciona con la tecnología actual de la georreferenciación. La solución es la mancomunidad.
Ahora bien, nos ocuparemos del ciudadano de a pie. El economista peruano Hernando de Soto, postulado a Premio Nobel de Economía, en su libro “El Misterio del Capital”, nos habla del “Capital Muerto” que, en su momento, ascendía a la suma de 9.300 millones de millones de dólares americanos. Ha efectuado estudios económicos en cuatro continentes; ¿Dónde está ese capital?, en todos los habitantes de las ciudades que poseen un bien, pero no tienen legalizado su derecho propietario. Plantea la tarea de volverlos propietarios para que ese capital muerto, fruto de sus ahorros, se convierta en capital efectivo a través de los préstamos hipotecarios con garantía real. Logrando esto, se mueve todo ese capital y se entra en una verdadera revolución económica.
En el caso boliviano, se debe migrar del sistema actual de catastro fiscal (impuesto), al catastro urbano (información básica para la planificación). El fiscal registra al contribuyente, el urbano al inmueble. Las alcaldías se han convertido en simples oficinas recaudadoras de impuestos, dejando de lado la administración urbana. El primer objetivo del catastro urbano es la regularización del registro inmobiliario; técnico en la alcaldía y legal en DDRR para que con la homologación de los códigos se tenga la seguridad jurídica del derecho propietario.
Las alcaldías deben adoptar la codificación urbana, dirigida al nuevo sistema de registro en DDRR partiendo del código madre: departamento, provincia, sección, cantón y el código de registro correlativo de los propietarios (Folio Real). La codificación urbana debe partir también de ese código madre para llegar al código catastral con la unidad vecinal, distrito, manzana, lote y código de vía. Estos códigos no se repiten, por ningún motivo en todo el país y son la base para el manejo de la información.
Con la introducción del catastro urbano, habremos ampliado el universo de contribuyentes, mejorando la imagen y economía del municipio. Con el sistema actual, los Gobiernos Municipales tienen registrados un porcentaje mínimo de contribuyentes y pierden hasta el 80 % del impuesto a la transferencia, sufriendo una enorme pérdida económica.
El autor es Arq. Urb.
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