Sobre “unirse por unirse”

“Yo no descarto que hacia delante pueda haber una articulación, siempre y cuando se encuentren comunidades de ideas. No es unirse por unirse, eso no sirve llegado el momento ni siquiera para gobernar. En lo que hay que trabajar es en planteamientos e ideas comunes que nos permitan construir un gobierno sólido”, afirmó el alcalde de La Paz, Luis Revilla Herrero (1).

La experiencia política nos enseña que eso de “unirse por unirse”, al calor electoral y sin previa observación de los enunciados básicos de cada componente, no ha surtido los efectos que la mayoría ciudadana esperaba, o sea días mejores.

Esa mezcolanza de personajes, de actitudes y voces, generó el desastre político, en el pasado, pues frustró las expectativas del pueblo boliviano. Fue un fiasco, que provocó, inclusive, el acortamiento del mandato de un gobierno constitucional. Estos hechos están debidamente insertos en las páginas de la historia Patria.

El “unirse por unirse” significó, y significa aún, un proceder oportunista, una manera de figuración, un cálculo político, que conlleva incertidumbre.

“Yo no descarto que hacia delante pueda haber una articulación”, subrayó Revilla. Creemos que esa “articulación”, y posiblemente estas líneas coincidan con él, debería surgir después de las elecciones generales, señaladas para octubre próximo. Es que, a estas alturas de la historia, nadie tiene la certeza de que va a arrasar en esas justas electorales. Todos están con las dudas. Todos caminan con temor, en esta actividad. Y el menos indicado puede obtener resultados sorprendentes o significativos, por cierto. La suerte aún no está echada.

En este marco habría que tener prudencia y ver qué ocurre en adelante. Llegará, con seguridad, la hora para unirse en base a programas, ideas y proyectos, por una causa común. Entonces será el momento propicio para deponer intereses sectarios y pensar, particularmente, en función de país. Y el “unirse por unirse” será desechado. Acá se trata de no incurrir en errores del pasado ni de retomar discursos que ya no tienen cabida hoy. Y nadie trate de apropiarse del genuino movimiento de unidad nacional.

El “unirse por unirse” es una manera precipitada de construir un instrumento político en puertas de una contienda electoral. Lo hicieron ayer a fin de desgastar a la dictadura. Lograron este objetivo, pero se debilitaron en el camino. Surgieron desacuerdos y suspicacias, de toda índole, entre sus componentes.

El “unirse por unirse” carece de fuerza y consistencia. Se desmorona ante el menor soplido del vendaval político.

En Suma: el tiempo dirá su última palabra.

(1) “Revilla deja abierta unidad de opositores”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 26 de mayo de 2019. Primer cuerpo, pág. 4.