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Veteranos del Día D

“Héroes que frenaron el mayor mal jamás conocido”

El exoficial del servicio de intendencia de las Fuerzas Armadas de EEUU Anthony Grant aseguró a la agencia EFE que una de las claves del éxito de la ofensiva fue la gran preparación a la que se sometieron las tropas acuarteladas en el Reino Unido

Washington,.- Cuarenta veteranos de la Segunda Guerra Mundial, algunos de los cuales participaron en el Desembarco de Normandía, fueron homenajeados ayer en Estados Unidos por su valor mostrado hace 75 años en una acción que fue el inició de una campaña que sirvió para frenar "el mayor mal jamás conocido".

"Ustedes liberaron todo un continente y pararon el avance del mayor mal jamás conocido", recalcó el superintendente del servicio de Parques de Washington, Jeffrey Reinbold, durante el homenaje que tuvo lugar este jueves en la capital estadounidense.

Sus palabras fueron recibidas con una cerrada ovación por parte de las decenas de personas que se acercaron al monumento conmemorativo de la Segunda Guerra Mundial, situado en la emblemática Explanada Nacional, para presentar sus respetos.

Las coronas de flores en memoria de los caídos y la sobria música de una banda militar, ponían la solemnidad en un acto que, por lo demás, rezumó alegría debido a la presencia de un grupo de veteranos que, a pesar de su avanzada edad y el fuerte calor, no se quiso perder la ceremonia.

Uno a uno se fue levantado con dificultad al ser nombrados durante la ceremonia, algunos de ellos, con lágrimas de gratitud en los ojos, otros con la mirada pérdida en sus recuerdos.

Aquel lejano 6 de junio de 1944, unos 160.000 soldados aliados desembarcaron a lo largo de la costa de Normandía, una acción en la que perdieron la vida más de 10.000 de ellos.

James Morgan Keele, que pilotaba una de las barcazas que trasladaban a las tropas a la playa, recuerda aún como si fuera ayer el dantesco espectáculo que se encontró al aproximarse a la costa.

"Nunca olvidaré el ruido de las ametralladoras, los cuerpos flotando en el mar que varaban en la orilla con cada ola", confesó a Efe este antiguo oficial de tiro de la Armada estadounidense.

65 años después de la ofensiva y a pesar de que acabaría perdiendo una pierna en la contienda, Robert Levine coincidió con Keele al señalar que lo que más le costó superar fue la visión de "las pilas de cuerpos muertos" que aguardaban en la playa.

"Entonces no me di cuenta de la trascendencia, era solo un niño. Ahora me doy cuenta de lo importante que era cada uno de ellos", comentó Levine, que apenas había cumplido 19 años cuando llegó con su unidad a la playa cuatro días después del día D.

Levine, que acudió a la ceremonia acompañado de algunos miembros de su familia, aún da gracias a Dios por haber sobrevivido al desembarco y a la toma de la colina 122, en la conocida como la batalla de Mont-Castre, una acción en la que la explosión de una granada enemiga le cercenó buena parte de su pierna derecha.

"Resulté herido y los alemanes me hicieron prisionero, el 10 de julio, así que me llevaron a un hospital del que acabé siendo rescatado", comentó, antes de rematar con una sonrisa: "Fui liberado".(EFE)

 
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