Proteger al delator y conocer la tenebrosa justicia

Un abogado acusado de solucionar asuntos judiciales haciendo llegar coimas a algunas autoridades que tienen que ver con la administración de justicia en los diferentes niveles del poder judicial; en otros casos, solucionando problemas ejerciendo violencia física y sicológica en los adversarios de sus clientes, ha causado indignación y conmoción en la colectividad boliviana.

No obstante que en los videos, que retratan algo de estos presuntos hechos delictivos, no se advierte alguna paliza de parte de éste a una de sus víctimas, que lo tiene enfrente libre de pies y manos. Y es así que en la supuesta escena del crimen, este supuesto torturador más parece un “actor” que asesta golpes calculados a su víctima para no lesionarla, ya que la persona supuestamente vejada y torturada ni siquiera lanza un gemido de dolor ni se queja de algo.

Pero, sea como sea, estos datos han sido útiles para develar una supuesta asociación criminal, cuyo objeto era, al parecer, sonsacar dineros a cualquiera que tenga un problema judicial importante y, en seguida, hacer llegar estos dineros como dadivas o coimas a las autoridades encargadas de solucionar estos problemas. Y como resultado de la investigación preliminar de estos hechos, este letrado se encuentra en prisión preventiva, no obstante su lamentable estado de salud, agravado por una de sus piernas que al parecer arrastra completamente inutilizada.

Acto seguido, como resultado de las revelaciones que hiciera este sin igual personaje, un Juez inferior y un Juez Superior se encuentran también encarcelados en diferentes centros de reclusión. Ahora bien, si esta asociación criminal, como dice el letrado que difícilmente se sostiene en un par de muletas de un material liviano, tal vez otra víctima más de la total degeneración de la administración de justicia, ha manipulado la justicia con coimas y sobornos por más de diez años, se entiende que para este propósito tuvo muchos socios o cooperadores necesarios que le ayudaron a resolver problemas de sus clientes, y que la cantidad el dinero que hizo circular entre los mismos, de momento es casi imposible de calcular sin la colaboración de este valiente delator.

Por lo mismo, a la brevedad posible, con la cooperación de esta persona se podría obtener información fidedigna para aclarar estos aspectos que necesitan ser aclarados para no cargar toda la responsabilidad en la persona del delator, porque como dice el dicho policial, el tiempo que pasa es la verdad que huye, y el resultado es que las pruebas se dispersan o desaparecen, y el delincuente queda sin castigo y se ríe y se burla de sus víctimas y acusadores.

Lo cual también permitiría conocer, a la gente que no tiene ningún poder económico ni político para maniobrar la justicia a su favor, cómo se administra una justicia tenebrosa, sobre la base de coimas y dadivas, en perjuicio de los que siguen esperando una administración de justicia imparcial que garantice la vigencia plena de los derechos humanos de los bolivianos.

Para este cometido es urgente y pertinente asumir medidas inmediatas de protección con respecto al que quiere delatar a los miembros de esta temida y peligrosa asociación criminal de traficantes de la justicia que, al parecer, ha estado actuando impunemente por más de una década. Se puede comenzar por rehabilitarlo física y mentalmente para que proporcione información objetiva y útil a fin de esclarecer el accionar de esta asociación delictiva, una vez lo cual, intervenirla y sancionarla ejemplarmente, haciendo eco de ese mentado principio ético moral del estado plurinacional de Bolivia: “Ama Sua”.

De lo contrario se corre el riesgo de que este singular delator sea objeto de cualquier atentado criminal para silenciarlo para siempre y con ello cerrar y hacer caer en el olvido este caso tan relevante como conmovedor para el pueblo boliviano.