Los gobiernos de Estados Unidos y México acordaron que se devolverá a todos los inmigrantes solicitantes de asilo que crucen la frontera de forma irregular, a cambio el presidente Donald Trump accedió a suspender los aranceles que tenían que entrar en vigor mañana.
Sin embargo, la oposición mexicana arremetió contra el acuerdo migratorio por considerar que el Gobierno mexicano se “rindió” ante la exigencia de “militarizar” la frontera sur.
Por ello, sostienen que lo sucedido esta semana en Washington “no fue una negociación, fue una rendición”.