Se habla mucho de que debemos compartir el pan de cada día con quienes no lo tienen. Lo cierto es que generalmente gran parte de la colectividad no suele proceder de esa manera. De ahí que extractamos del boletín de la Legión de la Buena Voluntad (LBV), interesantes reflexiones que esperemos puedan servir al respecto. Comienzan recordando un pasaje bíblico que dice: “Yo soy el Pan de la Vida ¡Quien viene a mí de modo alguno tendrá hambre, y quien en mí cree jamás tendrá sed! Yo soy el Pan Vivo que descendió del Cielo. Si alguien de él come, vivirá eternamente”. Evangelio de Jesús, según San Juan.
El presidente mundial del Ecumenismo Total, José de Paiva Netto, destaca que “en el mundo existe aún mucha violencia, pero no podemos dejar morir la vibración de la esperanza que mantiene a los corazones unidos. En el espíritu de la Navidad Permanente de Jesús, además de la mesa abundante y de la alegre presencia de los familiares y amigos, compartimos, durante todos los días del año, el pan de la Buena Nueva del Divino Maestro, que alimenta los corazones con Paz y Fraternidad Ecuménica, veredas seguras por las que ansiamos caminar”.
Es así que cumpliendo con esos postulados, esta institución presta una ayuda invalorable a las familias más desposeídas de La Paz, Santa Cruz, y otros del territorio nacional. Por ejemplo en su Centro Comunitario del barrio Cordillera, del Plan 3000, desde el 3 de junio de 2013 llevan adelante actividades que les permiten superarse en la vida a más de doscientos niños, niñas y adolescentes a quienes se les imparte clases de inglés, canto, capoeira, teatro, deportes y la “Hora de la Tarea”, bajo el asesoramiento de maestros que brindan apoyo y orientación en sus labores escolares, recibiendo también desayuno, almuerzo y merienda todos los días. “De este modo compartimos el pan nuestro de cada día con estas familias necesitadas”, destacan. El objetivo de otorgar esa gran ayuda a pequeños y jóvenes en situación de riesgo social es el norte de la LBV, añaden.
Asimismo dan cuenta de similar labor que realizan en barrios pobres de El Alto, llegando a escuelas alejadas como Nueva Jerusalén, Santa Rosa Grande, Jaime Escalante, Juan Lechín Oquendo, entre otras, en las cuales entregaron material escolar y kit de higiene bucal, a través de la campaña de salud oral “Dientes Limpios, Niños Sanos”, beneficio que recayó gratuitamente sobre cientos de niños y niñas. Una de las profesoras de esos centros educativos, como es Liliana Cocare, expresó: “muchas gracias a la LBV por esta labor que realiza, hasta la fecha no he podido trabajar esta área por falta de material, ahora que mis niños cuentan con este kit podré realizar el rincón de aseo y trabajar con mis alumnos”. Como se advertirá, es otra forma de compartir el pan con quien no lo tiene.
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