Según Trabajadoras Sociales
> Decenas de personas acuden al consultorio para la revisión, tras alguna agresión entre familiares o terceros individuos, la mayoría por consumo de alcohol
La Medicina Forense es uno de los sitios donde más acuden las víctimas de violencia, razón por la que las Trabajadoras Sociales plantean la ampliación de dichos ambientes por la incomodidad en la atención.
Para una de las trabajadoras sociales, fue el sábado y domingo que los médicos forenses no atendieron bajo el argumento de que se cayó el sistema, aspecto que generó acumulación de las solicitudes que a diario se presentan en esta instancia, con la finalidad de poder sacar las observaciones y sobre todo días de impedimento que puedan definir un proceso penal.
“Lastimosamente no solo es la infraestructura al interior de estas oficinas que no tienen ni asientos, la gente que llega golpeada debe hacer fila de pie durante horas, casi todo el día y pese que están con hematomas, heridas abiertas, en algunos casos las mujeres incluso llegan con la órbita de sus ojos afuera y así están haciendo fila paradas y no son atendidas con prontitud, eso de que el sistema no funciona y no las atienden es solo una excusa, porque en verdades que debería haber no solo forense, sino médicos que les lleguen a curar esas heridas abiertas con las que llegan y deben estar esperando uno a dos días”, observó una de las profesionales, quien por temor a represalias solicitó mantener en reserva su identidad.
Lo cierto es que los ambientes de medicina forense están instalados en ambientes inadecuados, donde las víctimas, pese a sus dolores y heridas deben hacer fila más de seis a 10 horas antes de hacerse revisar recibir su informe de evaluación, aspecto que no logra ser analizado por ninguna instancia tanto de la fiscalía, Ministerio Público y menos el Ministerio de Justicia del Poder Ejecutivo.
Lunes y martes son los días de mayor demanda de personas víctimas de violencia en las instalaciones de esta entidad ubicada en la avenida La Paz, en algunos casos no solo se trata de los esposos, sino hasta de nietos que agreden a sus abuelas, con la finalidad de despojarles sus objetos de valor o exigir algún derecho propietario, aspecto que demuestra la problemática social en la que se ve la conducta de la violencia incrustada en las relaciones de familia.
“Mi esposo es quien me ha agredido, a mi casa a llegado a pegarme y mi hija que está embarazada quien me estaba defendiendo a ella más le ha pegado, a mi mamá igual le ha pegado, estaba como loco, nos quería matar con cuchillo el fin de semana nos ha perseguido en mi casa para querernos matar”, explicó una de las víctimas quien esperaba una pronta atención en médico forense.
El agresor que cometió la violencia huyó de la casa, desde el 31 de mayo registra abandono de hogar y la familia teme en que nuevamente sus intenciones de tratar de agredir o matar a la familia se cumpla ante los hechos de violencia reiterada. “Yo tengo 37 años, ya una vez con cable mi esposo me ha querido matar, mi hija me ha defendido esa vez y ahora a ella más le ha pegado, a mi hermana y a mi madre”, lamentó la víctima quien llegó de Viacha con la finalidad de poder obtener un informe de médico forense.
Un segundo caso se trata de una mujer quien también estaba haciendo fila en ese ambiente, “MI esposo me ha pegado por celos, el pasado viernes es quien en la madrugada me ha agredido, me ha agarrado a patadas, me ha votado de la casa y con nueve años de haber vivido tenemos tres hijos en común y no sé qué hacer”, explicó.
En la misma situación de violencia una mujer dio a conocer que fue víctima de violencia por parte de familiares, quien le pegaron todo su cuerpo, exigiendo que le entregue la propiedad de la casa, “mi hermano, el cuñado, me han pegado, me han dicho que me quieren matar como consecuencia de que yo no dejo la casa, ellos quieren apropiarse de la vivienda, desde el domingo estoy haciendo fila, desde ese día no me querían atender en el forense porque no había sistema decían y recién hoy me están atendiendo y me duele todo mi cuerpo”, denunció.
Finalmente, una persona de la tercera edad denunció que su nieto fue quien la agredió exigiendo una propiedad. Muchos de los casos atendidos si bien corresponde a municipios rurales o zonas alejadas, los actos de violencia continúan afectando a las mujeres.
Las víctimas aseguran que el maltrato y la violencia en contra de la mujer es cada día peor, los hombres violentos confiados en que la justicia es un proceso lento y que genera impunidad en favor de ellos, es que continúan cometiendo delitos, sin temor ni a la cárcel ni a perder su libertad, porque al interior de dichos centros no se modera su conducta.
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