Senado de EEUU pide respeto a CPE de Bolivia

El Congreso de los Estados Unidos, desde el logro de su independencia en el año 1776, ha declarado y cumplido en cuantas oportunidades hubo, su decisión de “velar por la vigencia de los derechos de las naciones a vivir en paz y concordia, a contar con los gobiernos democráticos que deseen los pueblos y a respetar la independencia de las naciones”. Es, pues, en ese marco que el Senado de los Estados Unidos aprobó una resolución por la que pide al gobierno de Bolivia respetar y cumplir la Constitución Política del Estado, los límites constitucionales para el mandato presidencial en el país que solo permite la reelección por una sola vez y demanda también cumplir el resultado del Referéndum Constitucional del 21F.

El documento en sí no debería ser considerado como una injerencia en la política boliviana y menos de violar la soberanía de Bolivia; es un documento que muestra la preocupación de esa alta institución de los Estados Unidos porque reine plenamente la democracia no solamente en Bolivia sino en todos los países. El documento se denomina “Una resolución que apoya los principios y estándares democráticos en Bolivia y en toda América Latina”. Señala: “El Senado expresa preocupación por los esfuerzos para eludir los límites del mandato presidencial en la Constitución boliviana”. Además, “pide al gobierno de Bolivia que respete y, donde sea necesario, restablezca la independencia de los órganos electorales y gubernamentales clave y administre las elecciones de octubre de 2019 en cumplimiento de las normas democráticas internacionales y sus propios límites constitucionales en los mandatos presidenciales”.

El documento, que contiene varias consideraciones, hace una reseña histórica desde el arribo a la Presidencia en 2006 del presidente Morales, la aprobación de una nueva Constitución y toma en cuenta que después del 21F el Presidente no aceptó el resultado y atacó a los medios de comunicación y a la oposición. En síntesis, bien se puede decir que la resolución del Senado de los Estados Unidos no puede calificarse como injerencia en la política boliviana y menos como “violación a su soberanía” porque leído detenidamente el documento, no es ofensivo y es respetuoso y, además, muestra que ese país y más concretamente su Congreso, siempre vio con preocupación lo que ocurrió o pasa normalmente en cualquier país del continente y hasta del mundo y no se han sentido ofendidos por ello y, al contrario, sus pueblos agradecieron los conceptos expresados porque solamente defienden los procesos democráticos, la vigencia de las leyes y el respeto a los derechos humanos.

En Bolivia, al margen de la reacción airada del Presidente, el Legislativo se pronunció en contra de lo expresado por EEUU y considera también como intromisión lo sostenido en el documento que, además, refleja muchos de los acontecimientos habidos en Bolivia en los últimos trece años.