> Conocido entre los aymaras como el Willkauti, es el mayor evento cultural de carácter mítico religiosos en la región andina
Tiwanaku fue la capital de un poderoso imperio prehispánico que alcanzó su apogeo entre los años 500 y 900 de nuestra era y su influencia se extendió por una vasta zona de los Andes meridionales y otras regiones adyacentes. Los vestigios de sus monumentos atestiguan la importancia cultural y política de una civilización netamente diferenciada de las restantes culturas prehispánicas de América.
Actualmente, podemos admirar solo un 20 % de las edificaciones del antiguo Taypiqala (la piedra del centro), en este lugar confluían los peregrinos de todos los Andes que rendían culto al Tata Willka (padre sol).
La madrugada de este 21 de junio, miles de visitantes entre extranjeros, nacionales y locales se concentraron en el templo del Centro Cívico Ceremonial de Kalasasaya en Tiwanaku, construido por los tiwanakotas hacia el 2000 -1500 a.C. para medir el tiempo y las estaciones de solsticios y equinoccios Juyphi Pacha, Awti Pacha, Lapaka Pacha y Jallu Phacha.
En medio de ofrendas y esperar con las manos extendidas al sol y el cielo que, según las creencias andinas, llegará cargado de poderosas energías cósmicas de renovación de la vida.
El Willkakuti (el retorno del sol) es una de las manifestaciones más importantes de la región andina y de acuerdo con el conocimiento ancestral. El sol se alinea cada período, entre 21 y 23 de junio con la constelación de Orión siendo fundamental pedir el retorno del Tata Willka (Padre Sol).
En esta oportunidad fue una ceremonia sagrada por los Amawtas Andinos (sacerdotes) y en una fogata, ofrecieron en la mesa; dulces de colores, frutas, lanas blancas y colores, nueces, fetos de llama quwas, coca entre otros elementos, que representan los deseos y peticiones al Willka Tata (Padre Sol), a la Pachamama (Madre Tierra) por los buenos augurios, en algunos años el sacrificio de una llama blanca cuya sangre caliente es regada para fecundar la tierra.
En la madrugada de este viernes, con temperaturas bajo cero en pleno altiplano cerca al lago Titikaka, marcó el inicio del nuevo calendario agrícola y del inicio del año nuevo andino-amazónico, renovando nuevas energías del cosmos junto al retorno del Astro Rey.
Lino Condori Amaru, investigador de la cultura Tiwanakota, cuenta que sus antepasados solían decir en esta fecha como: mara ch’ukhu (día de transición entre el año viejo y el nuevo; mara t’aqa) dar y recibir energía espiritual o en especie; Silq’staña = el renacer del sol y de nueva actitud personal; a Willkakuti lo consideraban, despedida y nacimiento del nuevo sol.
“En la actualidad no solo en Tiwanaku se celebra el retorno del Sol, sino también en varios sitios denominados sagradas, Copacabana, Salar de Uyuni, Ciudad de El Alto, en Apaña, K’ili K’ili, Apacheta, Lluqu Lluqu, Chiripa, Khunkhu Wankani, Isla del Sol, Volcán de Tunupa, Waraqu, y en la amazonia Samaipata entre otros”, explicó.
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