Desde la tierra
Hace pocos días, SOL.BO jaqueó las intrigas del Movimiento al Socialismo, MAS, al lograr revertir una encerrona política apostando por una salida que puede ser muy significativa para el futuro de la política local, siempre y cuando la principal protagonista logre equilibrar lealtad -valor escaso- con el deber de fiscalizar y, si es necesario, censurar acciones incorrectas del ejecutivo municipal.
La flamante presidenta del Concejo Municipal de La Paz, Andrea Cornejo Vargas representa la presencia de tres minorías que suelen estar ausentes en los debates para el desarrollo de Bolivia. En primer lugar, es mujer y llegó al poder desde el activismo adolescente por los Derechos Humanos hasta ser candidata por invitación de Luis Revilla.
Es joven (1986) y muy bonita y durante años combinó los desfiles por la pasarela, su amor por la música o su profesión de diseñadora gráfica. Hace poco más de un lustro decidió que su verdadera vocación era aprovechar su oratoria y sus conocimientos para trabajar por la tercera minoría que también representa: las personas con alguna discapacidad.
Desde los 16 años no puede caminar y se desplaza en una silla de ruedas eléctrica, la cual le da cierta autonomía pero no la plena libertad que desea y por la cual lucha desde 2015 para aprobar leyes que ayuden a todos los discapacitados a superar las barreras de una ciudad y de una sociedad hostil. En 2015 estaba satisfecha de los avances logrados a nivel del municipio paceño, vanguardista en este tema, para que esos habitantes no enfrenten día a día los obstáculos arquitectónicos citadinos -incluyendo edificios modernos, universidades, colegios-, además de la mentalidad atrofiada de quienes no entienden a personas con alguna limitación física o mental.
Ella fue la primera concejala boliviana con dificultades para movilizarse con sus propias piernas; más tarde fue alcaldesa interina y desde ahora Presidenta del Concejo Municipal de la ciudad sede del gobierno de Bolivia. En América Latina también ya hay un presidente en silla de ruedas, Lenin Moreno de Ecuador.
Cornejo tuvo que vencer muchos desafíos desde que fue diagnosticada con una enfermedad degenerativa de las neuronas motoras inferiores, la atrofia muscular terminal tipo dos. Estudiar, bailar, aprender, discursear, todo desde un espacio pequeño.
La conocí en talleres culturales, donde inauguró alguna mesa o en otras actividades municipales y me sorprendió su cultura general, la voz serena y segura.
Sin embargo, tendrá que exprimir su valentía y su inteligencia para culminar una gestión exitosa en un año electoral, donde el burgomaestre Luis Revilla es la víctima preferida, además de su esposa en más de una ocasión, de campañas destructivas, como ya describimos en varias oportunidades.
Al mismo tiempo, como máxima autoridad del órgano de fiscalización en el poder local no debe esconder o maquillar situaciones que presentan indicios de poca transparencia o de falta de control interno.
Además le toca mostrar que las mujeres en la política pueden desarrollar su propio pensamiento. Apodada la “guerrera de la alcaldía”, hasta ahora destacó por luchar por sus ideales y por buscar una ciudad amable. Ahora tiene la oportunidad de avanzar aún más.
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