Israel Camacho Monje
Es de conocimiento general que desde hace muchos años se han instalado en nuestro país varias fábricas de plásticos que utilizan como materia prima el “polietileno” para fabricación de botellas para almacenar líquidos gaseosos y bolsas de plástico para que las tiendas de abarrotes, al igual que puestos de los mercados públicos y en forma especial los supermercados y galerías comerciales, embolsen los artículos que sus clientes compraron y sean transportados hasta sus hogares.
Una vez colocados en los lugares correspondientes, simplemente son echados a la basura como envases desechables, reemplazando la antigua forma de fabricar manualmente las bolsas hechas de periódicos pasados, y que en el caso de los alimentos, en algunos casos llegaban a su destino final con manchas de tinta de imprenta y diversidad de malos olores.
Pasados los años se hizo pública la información internacional de que tanto las botellas y bolsas de plástico fabricadas con polietileno constituían un serio peligro contra la biodiversidad del clima porque no eran “biodegradables” (*), y su resistencia natural sobrepasaría los 400 años.
Información alarmante que hizo pensar seriamente a la población mundial que había que acabar con todo lo fabricado con plásticos. Por otro lado, se hizo notorio que cada vez aumentaban esas fábricas y la masificación de productos como botellas y bolsas de plástico, que presagiaban que el mundo acabaría cubierto en un mar de residuos de plástico.
Pero también surgió la noticia de que China se había convertido en el principal comprador de desechos de polietileno, tanto de botellas como de bolsas de plástico, para su reciclado en la fabricación de muebles. Noticia que cayó de perilla en nuestro país, donde una gran población desocupada se dedicó a recolectar en basureros públicos todos los objetos fabricados en plástico, para luego de un proceso de molido ser embolsados en sacos de 50 kilos y exportados a China.
Reciclado de botellas y bolsas de plásticos que ahora es encarado por la Alcaldía Municipal de la ciudad de La Paz, la cual después de las pruebas correspondientes ya han entrado en pleno proceso de fabricación de sillas, mesas y pupitres para uso en escuelas y colegios de nuestro municipio.
Pero curiosamente en semanas pasadas salió la publicación supuestamente gubernamental, en sentido de que en nuestro país se llegarían a cerrar 435 fábricas de plásticos, lo que nos lleva a pensar que nuestras autoridades desconocen los avances tecnológicos realizados en otros países, y que dan por confirmado que el reciclado de las botellas y bolsas de plásticos podrán reemplazar a la mezcla de cemento con arena para la construcción de caminos carreteros.
En nuestro caso, muy bien se podría comenzar con el mismo procedimiento, que de tiempo en tiempo se lo realiza con el parchado de calles y avenidas de nuestra ciudad, con una mezcla de arena con alquitrán. Por supuesto, con el nuevo procedimiento se garantizaría una duración indefinida. Y lo mejor de todo, ya no habría motivo para cerrar 435 fábricas de plásticos. ¿Verdad que sí?
(*) Biodegradable. Se dice del producto industrial que una vez desechado, es destruido por bacterias u otros agentes biológicos.
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