Entre lágrimas en el Arena Fonte Nova de Salvador de Bahía, inconsolable, tapándose con la camiseta en la mano, Luis Suárez cerró su paso por la Copa América, que se acabó para Uruguay desde el punto de penalti, donde su goleador esta vez no estuvo acertado.
Ironías del fútbol, a uno de los goleadores de esta Copa América le frenó en seco uno de los guardametas más goleados, el peruano Pedro Gallese, que venía de encajar un 0-5 ante Brasil pero adivinó a la perfección que su disparo en el primer lanzamiento de la tanda, tomado con mucha carrerilla, más allá del borde del área, iba a ir al palo derecho de su portería.
Suárez corrió hacia el balón, golpeó fuerte en la carrera al esférico, que tuvo potencia pero no la suficiente para superar a un Gallese que comprendió rápidamente hacia dónde iba el lanzamiento y dónde colocarse para repelerlo con su cuerpo, generando así una ventaja para Perú que fue definitiva, porque ninguno de sus compañeros falló.
Fue el cierre a la temporada del goleador charrúa, pero muy lejos de donde él habría deseado. Su final soñado era en el Maracaná de Río de Janeiro donde se jugará la final de la Copa América, levantando su segundo título en este torneo, tras el de Argentina 2011. “Tengo 32 años y puede ser una de mis últimas Copas América. Con la misma ilusión que jugué la de 2011, en la que tenía el sueño de que mi hija pueda decir que Papá es campeón de América, tenemos la misma sensación”, manifestó el delantero.
Tras ese inicio, Suárez marcó también, de penalti, ante Japón para la primera igualada en un partido que acabó 2-2, en un partido en el que hizo 11 remates, tres de ellos a puerta.
Ante Chile en el último partido del grupo -el que podría haber sido su rival de haber pasado a semifinales- pasó mucho más inadvertido: sin remates, generó una oportunidad a sus compañeros y tocó 31 balones.
Contra Perú sí tiró a puerta: un disparo suyo en el minuto 24, repelido por Gallese, le puso franco un gol a Edinson Cavani que el ‘Matador’ envió a las nubes. En el 35 caracoleó en el área pidiendo un penalti sin éxito, cuatro minutos después intentó tocar un córner lanzado por Giorgian De Arrascaeta desde el suelo...
Siguió en la segunda, recogiendo un mal disparo de Lucas Torreira para facilitarle un gol a Diego Godín que se marchó por poco, luchando un balón para pasar al espacio a Cavani que marcó, pero el tanto fue anulado por fuera de juego...
E incluso marcó, en el minuto 72, a pase desde la izquierda del lateral Martín Cáceres, un gol que se fue a celebrar a la esquina izquierda del ataque uruguayo, pero que como todos los tantos celestes anteriores fue anulado por fuera de juego y confirmado por el videoarbitraje.
En la tanda de penaltis, se cerró con lágrimas una temporada de un final amargo, muy amargo para Luis Suárez, pese a la Supercopa de España y el trofeo de LaLiga Santander, logrados ambos con el Barcelona.
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