La culpa es uno de los sentimientos más negativos y la forma más utilizada para manipular a los demás. Todos en algún momento hicimos algo en nuestras vidas que nos hizo sentir culpables.
De donde viene la culpa es un sentimiento de incongruencia, cuando creemos qué somos o queremos ser y hacemos algo incongruente, por ejemplo cuando rompemos la dieta y comemos papas fritas, helados, pasteles, etc.
Cuando uno transgrede una norma externa o interna se siente culpable, es la alarma que dice hay que reparar. También hay culpas falsas, por otros que me hacen sentir así.
La culpa es la diferencia entre lo que hice y lo que debería hacer… el famoso debería que tantos problemas nos trae, pues es impositivo y busca castigo cuando no lo haces.
La culpa es ira, boicot, castigo, contra uno mismo, es vivir con una cadena perpetua.
Empieza a salir de la culpa, deteniendo el autorreproche, esa voz demandante quejosa y que nada de lo que hagas la hará sentir conforme, es esa voz que te dice: ¿por qué dije eso?, ¿por qué le levante la voz?, ¿cómo voy a hacer ahora?, ¿cómo voy a mirarle?, etc.
Determina si esa culpa es impuesta por otros, pues son ilusiones, como por ejemplo sentir culpa porque tus padres se separaron, por los errores que remarcaban tus hermanos en ti, porque tu esposa/o te dijo que para nada servías.
Te haré una pregunta: ¿Quién maneja tu vida, tus emociones y pensamientos? No eres una marioneta, el dueño de tu vida eres tú. Vos decides qué pensar, qué sentir, depende de tu decisión, de si te pones en el papel de víctima o te responsabilizas y tomas decisiones.
Deja de echar la culpa al clima, que te pone de mal humor, a tu pareja, al jefe, a tus hijos, a la vida. Nadie puede hacerte sentir algo sin tu permiso, deja de depositar el poder en manos ajenas, no fuimos creados para vivir de limosnas o migajas de respeto, de amor, de dignidad.
Deja de buscar la aceptación de los demás, no se puede conformar a todo el mundo, habrá gente que te rechace, que no le agrades y tienen ese derecho. Cómo yo me miro a mí mismo es lo que importa, deja ya las responsabilidades equivocadas, necesitamos ser aprobados por nosotros mismos, amarnos por lo que somos.
Obsesionarte con la culpa solo trae amargura y dolor, abre tus alas, es tiempo de ser libre, disfruta de la vida sin culpa, es tu momento de ser feliz, si te equivocaste pide disculpas y cambia de actitud y sigue tu camino.
Siéntete merecedor de todas las cosas buenas de la vida, solo eres responsable de tus actos, de tus emociones, de tu vida. Cada vez que elijas qué persona te acompañará, piensa en que debe sumar y no restar, que debe sacar lo mejor de ti, no lo peor. A nadie intentes cambiar, solo puedes cambiar a ti mismo. ¡Sé valiente¡
La autora es Psicoterapeuta.
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