Los años han pasado y el Ingenio azucarero de San Buenaventura hasta ahora no ha producido la cantidad de azúcar paceña que se esperaba. El Banco Central por instrucciones del Gobierno se ha visto forzado a dar préstamos a ese ingenio. Según informe difundido por la prensa, mediante créditos se ha dado 1.823,3 millones de bolivianos para la construcción y funcionamiento de la planta azucarera en San Buenaventura. Hace poco se ha pedido otro monto para ampliar la superficie cultivada de caña de azúcar y la instalación de una planta para producir alcohol anhidro.
Además dicha empresa requiere la construcción de carreteras muevas y mantenimiento de la actual vía San Buenaventura - Ixiamas. Por otro lado, al margen de los precios bajos del azúcar nacional, la producción de los azucareros del oriente del país satisface la demanda nacional sin problema. Ahí tenemos a los Ingenios Guabirá, Unagro, Aguaí, San Aurelio y La Bélgica, de Santa Cruz, junto con Bermejo de Tarija.
Por todos esos aspectos, La Paz siente que el proyecto azucarero de San Buenaventura no tiene posibilidades ciertas de resolver tales problemas.
Sin embargo recientemente se ha ampliado la cuota de exportación de azúcar al mercado norteamericano, lo que causa beneplácito a los ingenios azucareros de Bolivia.
Sin esa y otras obras que La Paz espera desde hace muchos años, se aproxima un nuevo aniversario de la Revolución del 16 de Julio de 1809. Los paceños rendimos nuestro homenaje a los protomártires de la independencia y hacemos votos para que recapaciten los políticos que están dividiendo al país, pues es indispensable conservar la unidad de todos los bolivianos, pese a los resultados que podrían darse en las elecciones de octubre de este año. Lo cierto es que es hora de unificar a todos, para combatir graves problemas como la pobreza y la miseria, con la esperanza de lograr días mejores.
Sin embargo, precisamente cuando La Paz se apresta a rememorar la gloriosa Revolución de Julio, continúan los enfrentamientos entre cocaleros de Yungas de La Paz y el gobierno central. Tales enfrentamientos provocan distensión en la ciudadanía. Las fuerzas policiales intentan mantener el orden público, pero no lo consiguen porque las posiciones de los cocaleros yungueños se han endurecido, enfrentando al Gobierno y haciendo difícil su sometimiento. Tal enfrentamiento trae resultados negativos para el oficialismo, lo que indudablemente lo afectará en los comicios de octubre próximo, porque cuando hay más represión se unifican con su posición los cocaleros yungueños. Por ello, La Paz espera una tregua para la celebración de la gloriosa Revolución del 16 de Julio, en un ambiente de civismo y unidad.
El autor es Profesor Emérito de la UMSA.
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