Día del Papa

Al son del himno pontificio, que en su primera estrofa dice "¡Oh feliz Roma! ¡Oh noble Roma feliz! Sede de Pedro, que representa a Cristo, Sede de Pedro, que es Apóstol de la paz", se inició la recepcion ofrecida por el nuncio apostólico, monseñor Angelo Accattino, para celebrar el Día del Papa en el año del VII aniversario de Pontificado de su Santidad Papa Francisco.

Los colores de la bandera pontífica blanco y amarillo destacaron tanto en los salones como en el jardín de la Nunciatura, donde se reunieron autoridades de Gobierno, cuerpo diplomático, representantes de la iglesia católica, de organismos internacionales y seminaristas, entre otras figuras de la sociedad paceña.

En su discurso de bienvenida a la concurrencia, monseñor Accattino dijo que "hablar del Sumo Pontífice es tocar el corazón mismo de la Iglesia visible, peregrina, santa y pecadora, ya que él, por voluntad de Dios, es llamado a guiarla, pastorearla y acompañarla en su camino hacia el Reino".

En otra parte de su alocución el Nuncio Apostólico expresó que el Papa Francisco, no obstante su edad, es incansable, también en la labor de aunar fuerzas para transmitir a las jóvenes generaciones , y a sus familias, la fe en Cristo y para luchar en una acción social conjunta por los pobres, por los más vulnerables y marginados.

Respecto a Bolivia, el representante de Su Santidad dijo que en el marco de muy buenas relaciones bilaterales con la Santa Sede, hay continuas e intensas conversaciones que se espera puedan producir, a la brevedad posible, un instrumento valioso y eficaz para reforzar la labor conjunta de la Iglesia y del Estado en todo lo que concierne al bien común y a la defensa de los valores humanos y cristianos en una pacífica convivencia.

En representación del Gobierno habló el canciller Diego Pary.

El menú del buffet, preparado por las hermanas de la Nunciatura, deleitó los paladares de los invitados, que disfrutaron también de un buffet de quesos, de postres y helados.