Víctor Hugo Rodríguez Tórrez
Se sabe. El hombre no sólo vive de pan. Los pueblos tampoco prosperan sin desarrollo, bienestar socio humano, energía vital, espiritualidad y visiones realizadoras.
Transcurridos tres quinquenios no hubo irradiación de conductas patrióticas-cívicas-culturales, como tónica moral que el Poder debió desplegar a fin de enriquecer las convicciones, defensas y fortalezas en los valores humanos de los bolivianos. Las omisiones suelen costar caro a la sociedad porque abollan nuestro enclenque prestigio e imagen internacional. ¿Hasta cuándo la “costumbre” de perder en trascendentales desafíos en el extranjero? Quienes, grandilocuentes, anticipan representar “dignamente” a Bolivia, sea en la política, en el “deporte”, pasarelas de “belleza” o misiones de diverso rubro, retornan con resultados salobres, sin talla ganadora.
Sin éxitos ni impactos fenomenales favorables, son ocasionales los triunfos que alcanzan pocos y valiosos compatriotas. Con encomiable voluntad, tenacidad, perseverancia y vergüenza, procuran que Bolivia haga gala de las cualidades que posee.
Internamente, abruman malos ejemplos y hábitos políticos perniciosos descolgados desde la Pirámide Micerina. Exponenciales se desbordan las trapacerías contra la CPE, legislación y codificación vigentes. Impavidez contra las normas sociales. Irritación común contra asiduos delitos, vicios o manos voladoras hurgando todo. Oronda, se pavonea la descomposición social.
Reflejo del estado de cosas en Bolivia, nuestro balompié, motivo de pasiones populares humilladas, no puede con su carácter colista. Inveteradamente retorna con las manos vacías, sin galardones sobresalientes. El país siempre noqueado por decepciones frustrantes.
Estadísticas/antecedentes internacionales arrojan transidos historiales. Títulos tibios noticiosos: “futuro lúgubre”, “siempre lo mismo”, “vapuleados”, “Bolivia se queda afuera”. Nimio coeficiente que “tradicionaliza” a las derrotas, permaneciendo eximida la hazaña de 1963. (En USA/1994, entre 32 selecciones, ocupamos el puesto 28, con un tanto a favor (autogol español). ¿Para ello pretendemos ir a los mundiales?
La información señala a “las peores campañas” de la Verde en la Copa América (1926, 1927, 1946, 2001, 2016, 2019).
No incluye a 1959, en Buenos Aires. El desastre fue: 6 jugados, 5 perdidos, 1 empate, 4 goles, 23 contra, un punto. En 1967, en Montevideo, con el Título “Bolivia Campeón Invicto Sudamericano 1963”: cero triunfos, cero goles, y… a la cola. (Fue marrado un penal contra la debutante/”cenicienta” Venezuela, brindándose el lujo de golearnos 3-0).
Brasil 2019: Bolivia primera eliminada y… good bye!
Nunca asoman responsables. Sólo estólidas explicaciones. Fuera de combate por Venezuela, un futbolista expresó que “lo importante” serán las eliminatorias para Catar 2022. ¿Repetirán la exótica “repatriación” a dos “legionarios” fallidos? La irreductibilidad no cede paso a jóvenes bloqueados en sus derechos a la oportunidad.
El seleccionado exigía “premios” en miles de dólares. Dirigentes, relatores y asomados, a la caza de ventajas.
La frase: “Seguiremos aprendiendo”.
Válganos la literatura de Josefina Plá: “Aquí no pasa nada”…
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