En las últimas semanas, aparecieron en las redes sociales algunas fotografías y videos, donde la etnia esse ejja se opone al ingreso de dragas, principalmente colombianas, al río Beni. Más arriba del río Beni, se observó también dragas chinas.
La etnia esse ejja en 1990 vivía en forma “nómada” (cazando con armas fabricadas por ellos mismos, recogiendo frutos de la selva y pescando), en los alrededores de San Buenaventura. Dormían principalmente en la isla que se halla entre San Buenaventura y Rurrenabaque, cubiertos por carpas de nylon.
Gracias a unas negociaciones, principalmente realizadas por organismos no gubernamentales (Care-Bolivia), se logró conseguir para 200 esse ejjas, un lote de terreno de 50 hectáreas a 4 kilómetros al norte de San Buenaventura, donde se asentaron y de “nómadas” pasaron a “sedentarios”, pero sin la costumbre ni las técnicas para la realización de cultivos de ningún tipo. Es así que siguieron sobreviviendo de la recolección de frutos de la selva, cacería de animales selváticos y principalmente la pesca de pacú, dorado, surubí y otros, en el río Beni.
En el año 2003 vivían en las 50 hectáreas de terreno, tenían un aula hasta quinto básico, para educar a aproximadamente 25 niños, su profesor les enseñaba en castellano y esse ejja, un organismo no gubernamental les ayudó a elaborar sus libros en castellano y esse ejja. Care-Bolivia (Ong), les construyó 3 letrinas para que realicen sus necesidades fisiológicas. Como anécdota, para la inauguración de las 3 letrinas, se invitó al alcalde de Rurrenabaque, al alcalde de San Buenaventura y otras autoridades y a don Alberto, el dirigente esse ejja, se le indicó como tenía que dar las palabras de agradecimiento por las 3 letrinas y al instante de sus palabras de agradecimiento. Don Alberto dio su discurso en lengua esse ejja y el público simplemente atinó a aplaudirlo.
La población no tiene nombres y apellidos “originarios en esse ejja”, cuando escuchan un nombre y apellido solo atinan a copiárselo y apropiárselo, en consecuencia tranquilamente podría haber en el futuro un Donald Trump.
La población cazaba y pescaba, llegaba al poblado y lo compartía con los demás, por lo que podríamos bautizarlos como “comunistas” dentro de Bolivia “capitalista”. Como otra anécdota, en 2003 se les visitó y grande fue la sorpresa de descubrir dentro de las 50 hectáreas, 4 paredes de ramas y dentro, una casa de palmeras. Al preguntarles de quién era esa casa, explicaron que se habían “unido en pareja” un tacana con una esse ejja y que la pareja requería privacidad, creándose dentro de las 50 hectáreas “comunista”, una “propiedad privada” “capitalista”. La comunidad, ese año tenía una radio a pilas, que compartía.
De los esse ejjas, estando asentados en las orillas del río Beni, en San Buenaventura, su principal fuente de ingresos para su alimentación y sobrevivencia resulta ser la pesca, de peces como el pacú, dorado, etc.
Río arriba del río Beni se hallan los ríos Kaka, Mapiri, Tipuani, Challana y otros, donde se realiza una explotación intensiva de oro, para cuya recuperación se utiliza el mercurio (metal pesado). Se dice que del 100 % de mercurio utilizado, el 20% se recupera, el 20% se va por el río y el 60% se evapora. El mercurio va a parar a los músculos de algunos peces y luego va hacia el cuerpo de los humanos que consumen los peces, es así que se producen diferentes enfermedades que, a simple vista, tal vez ya se puede observar en los esse ejjas.
Resulta que en las últimas semanas apareció en San Buenaventura una draga gigante que se dice pertenece a una empresa colombiana, la cual explotará oro y es de la “Concesión Mapajo”. Sin lugar a dudas, para la explotación de oro utilizará también mercurio. Se debería revisar a detalle su “Ficha Ambiental”, así como la manera en que “mitigará el daño ambiental”, relacionado principalmente con la salud de los esse ejjas y otros.
En consecuencia, aumentándose el grado de contaminación con mercurio en el río Beni, se contaminaría aún más los peces, así se envenenaría más a los esse ejjas (que aparentemente ya se hallan enfermos), sellando su futuro, en lo que se podría constituir en un “genocidio” de los únicos 200 esse ejjas del departamento de La Paz.
Recordemos también que el pacú, dorado, surubí y otros, son enviados por carretera y en hielo (18 horas de viaje) a la ciudad de La Paz, así como en avión (45 minutos de vuelo). Por otro lado los turistas extranjeros y nacionales que consumen los pescados en Rurrenabaque, se verán aún más expuestos al mercurio.
De San Buenaventura, a 11 Km al norte, se halla el Ingenio Azucarero de San Buenaventura, construido con una inversión de 216 millones de dólares americanos. Si una persona desearía crearse una fuente de empleo, por ejemplo como chofer de minibús (flota, tienda de abarrotes, etc.), tendría que comprar un minibús en digamos 40.000 dólares y así se crearía una fuente de empleo como chofer. En consecuencia, diríamos que para crear una fuente de empleo, como término medio en Bolivia necesitaríamos 40.000 dólares. Si dividimos 216 millones de dólares entre 40.000 obtenemos 5.400 empleos directos e indirectos que tendría que crear el Ingenio de San Buenaventura. La pregunta es ¿ya los creó? Y si los creó, sería bueno que ofrezca empleos en actividades básicas (limpieza, agricultura, etc.) a los padres de familia de esta etnia, así en algunas décadas, en forma increíble, pasarían de nómadas a sedentarios y luego lograrían ingresar en la “revolución industrial”.
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