Animales de color negro sacrificados para “brujería”

Amanda H. es una vecina que denunció que al interior de las casetas de “brujería” o de los “adivinos” que operan en sectores de la urbe alteña, suelen realizar sacrificios de animales de color negro, gallos, conejos cui, gatos, entre otros.

Estos ejemplares no son protegidos por ninguna instancia, son entregados, sacrificados y se desconoce dónde son enterrados.

Fue inusual ver un conejo pequeño que huía por la calle de las brujas, como se conocer a la avenida Panorámica, donde existen varias casetas donde suelen “leer la suerte”, se ubican ofreciendo sus servicios. “No lo toque, no lo alce, esos animalitos están embrujados, suelen pasar la mala suerte”, explica una de las comerciantes, mientras otra trata de ahuyentar al pobre animal hacia las casetas de color azul, como pretendiendo alejar el presagio que suelen atribuirle a un indefenso animal que solo tuvo la “mala suerte de tener el pelaje de color negro”.

Pero las creencias y sobre todo el fetichismo (proporcionar valores inadecuados a objetos o animales), son muy frecuentes en una población migrante como es El Alto, donde existen dos sectores ubicados a orillas entre La Paz y El Alto, uno de ellos ubicados en la avenida Panorámica y la otra próximos a la zona Ballivián, altura de las antenas, donde las casetas con mesas, leña y el olor a incienso es una de las particularidades de quienes se dedican no solo a las predicciones, sino al parecer a los sacrificios de animales de color negro.

“Es para hacer algunos rituales que limpien la mala suerte, la envidia o amarres que otra gente suele hacer, para eso se utiliza los animales negros. Si usted quiere puedo ver y decirle quién está haciendo algo en contra de usted porque no falta la gente envidiosa”, explica Margarita “Flor de trébol”, como señala la caseta donde ella realiza algunas lecturas.

Margarita niega que sacrifique con su muerte a estos animales como conejos, gatos, perros y otros que son de color negro o blanco e indica que solo les hace la preparación para luego soltar a los conejos y que la persona que las atrape, por lo general es a la que le llega la supuesta “maldición”. Pero las comerciantes ubicadas en el reloj aseguran que pocas veces suelen escaparse los animales que traen a esas casetas y que los sacrificios suelen realizarse los martes y viernes como los días señalados para esas creencias.

En tanto, los comerciantes próximos a la Ballivián aseguran que son los viernes, donde la gente suele realizar dichas actividades, donde no existe ningún control para lograr “salvar” a los animalitos de su cruel destino.

“Los viernes sobre todo es cuando se hacen esas cosas, a veces se escucha los maullidos o ladridos y de seguro es que se trata de algún acto de ese tipo. Pero no es bueno, porque eso está reñido con la iglesia, con Dios y las creencias de la Biblia, seguramente la gente que pide eso no debe ser cristiana y hace esos actos que por lo general están más cerca de las cosas paganas, diabólicas y no de Dios”, afirma Zulema Ponce una vecina del sector.

Lo cierto es que el pobre conejo negro no pudo ser ni sacrificado, ni adoptado por ninguna comerciante, por temor a sus creencias, mientras que este pequeño roedor huía despavorido por los quioscos azules, donde el comercio se asienta diariamente sin modificar su rutina y menos por un indefenso conejo negro.