Cuando nos aprestamos a rememorar la gloriosa Revolución del 16 de Julio de 1809, observamos que La Paz requiere grandes obras y su no concreción causa profunda decepción. Cuando se anunciaba el potencial hidrocarburífero del Norte del departamento, la perforación de pozos no dio los resultados que se esperaba. Especialmente el pozo Lliquimuni XI, cuya perforación hasta 3.760 metros no tuvo éxito. El pozo Tacuaral XI llegó hasta 3.680 metros de perforación, sin buenos resultados. Por todo ello las esperanzas de La Paz para hallar en su territorio petróleo y gas van desapareciendo.
En consecuencia, la exploración de hidrocarburos en el Norte de La Paz está en statu quo. En todo caso se requiere invertir más capital para buscar nuevas reservas de gas y petróleo.
Mientras tanto se agotan los yacimientos de gas en los departamentos de Chuquisaca, Tarija, Santa Cruz, por lo que los volúmenes de venta han bajado notablemente y no se puede cumplir plenamente contratos con países vecinos. Esta situación implica menos ingresos económicos para el Estado, por lo cual es necesario continuar la búsqueda de nuevos reservorios de gas, tanto para el consumo nacional como para exportación.
Lo cierto es que al recordar cada 16 de Julio el grito libertario paceño contra la dominación española, la población se siente defraudada por la falta de grandes obras para nuestro Departamento, como la construcción de un puente en el Estrecho de Tiquina, pero hasta el momento no se pronuncia la Gobernación. Tampoco se habla de la construcción de la nueva carretera La Paz-Cochabamba, por Río Abajo, evitando la carretera La Paz-Oruro, donde hay frecuentes accidentes de tránsito.
Por parte del Gobierno central, los asambleístas elegidos para impulsar obras para el departamento se limitan a enfrentamientos políticos, quedando, por ejemplo, las provincias abandonadas, sin que sus problemas sean atendidos. La paceñidad observa con incredulidad la indiferencia de los representantes provinciales. Unos cuantos dirigentes del oficialismo manejan por consigna los intereses de La Paz.
Otro tanto ocurre en el municipio de La Paz, ya que en el Concejo municipal diariamente se producen altercados y enfrentamientos, sobre todo de tipo político, donde oficialistas manejan políticamente el Concejo municipal dando una lucha sin cuartel al Alcalde municipal. Por estos enfrentamientos políticos ya no hay obras y atención a los grandes problemas de la ciudad. Ese abandono por los líos políticos constantes está perjudicando el desarrollo de la urbe paceña.
Es lamentable decirlo, pero algunos políticos oficialistas están deteriorando el engranaje municipal, que funcionaba antes como un reloj. Hoy ya no hay obras importantes para la ciudad debido, reiteramos, a los conflictos políticos permanentes.
En la fecha histórica de Julio, La Paz poco tiene que celebrar, porque prevalecen el enfrentamiento entre bolivianos y la desunión. Mientras tanto habrá que esperar que vengan tiempos mejores para los paceños.
El autor es Profesor Emérito de la UMSA.
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