Necesaria atención a casos de cáncer

Organismos de la burocracia oficial, entidades particulares y oficinas de carácter internacional establecidas en Bolivia han mostrado, en tiempos recientes, creciente interés en el aumento de la enfermedad del cáncer, atendiendo las demandas de diversos círculos sociales y reclamaciones de numerosas personas que disponen o carecen de medios para combatir ese mal de que son víctimas.

Al respecto, autoridades del gobierno anunciaron que enfrentarían el problema construyendo centros hospitalarios, con instalación de equipos modernos de radiación de cobalto y otros de tipo nuclear, mientras en medios científicos se destacó que vendrían al país elementos especializados para curar a los cancerosos.

Por su parte los enfermos se organizaron y adoptaron medidas de presión de diversa clase para que se atienda sus necesidades y, a veces, inclusive llegaron a poner en práctica medidas de presión para que el gobierno cumpla sus promesas y así resolver este aspecto de la salud pública, llegando inclusive a acciones de hecho que fueron atendidas generalmente con ofertas de poca seriedad y cuyo cumplimiento fue muy relativo y no pusieron fin al lamentable problema.

Después de una tregua en esa dolorosa campaña, al presente los pedidos han dado lugar inclusive a ofertas electorales y nuevos anuncios de reiniciar la lucha contra el cáncer, entre ellos una iniciativa de la Alcaldía de La Paz, ciertamente de muy buenas intenciones, pero que podría correr la misma suerte que las anteriores. En efecto, consultados algunos especialistas en oncología, sugirieron que el cáncer es una enfermedad incurable, ya que no existen tratamientos ni medicinas para ello y los estudios para su curación aún tardarían mucho para eliminarlo, por lo que los ofrecimientos anunciados tienen poca sinceridad y solo tienen alguna lógica partidista en épocas electorales, por incumplimiento.

Pero, al mismo tiempo, insistieron en que el Estado y particulares, en vista de que el cáncer es aún incurable, deberían empezar a reducir los sufrimientos de enfermos y familiares, dándoles las comodidades para que gocen de tranquilidad y alivio en los sentidos físico y psicológico que acarrean esas dramáticas circunstancias, es decir proveerles de algunos insumos, como subvenciones, casas de reposo, calmantes y toda clase de ventajas psicológicas.

En esa forma sería posible encarar ese delicado asunto que causa el malestar de la ciudadanía y no menos de medios públicos, mostrando, en esa forma, sincera atención al problema, en momentos en que los casos del cáncer se incrementan y, al mismo tiempo, se denuncia que algunos tratamientos, como la quimioterapia y otros no son las soluciones y se considera que son peor que la enfermedad.