Consumo de gaseosas es mayor que el de leche

Según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, el consumo de leche per cápita en Bolivia no llega ni a los 60 litros por año; en cambio, en Argentina, Uruguay y Paraguay el consumo anual es de 200 litros per cápita. El dato es significativo, ya que es muestra de la poca o ninguna importancia que se da a la leche en nuestro país y se prefiere consumir bebidas gaseosas con alto contenido de azúcar y gas carbónico.

Según datos del Fondo Lechero que agrupa a los productores que afirman que en el país el consumo no pasa de cuatro vasos al día y, en casos, mucho menos; el problema es preocupante no solamente para las autoridades sino muy especialmente para las familias cuyos padres no muestran la menor preocupación por un consumo que sería el mejor que hagan sus hijos y fomentan las bebidas gaseosas que, en la mayoría de los casos, son perjudiciales por los altos contenidos de gas carbónico que daña la salud y mucha azúcar que es excelente energético, pero en cantidad excesiva es perjudicial.

Está comprobado que todo refrescante gaseoso tiene costos muy superiores a los de la leche; sin embargo, hay preferencia por las gaseosas por parte de los jefes de familia. El problema es grave porque se priva a la familia de leche que es altamente tonificante y necesaria para la salud, especialmente de los niños.

Casi todos los departamentos del país producen leche; pero la falta de aceptación por parte de la colectividad da lugar a que su consumo sea mínimo, no obstante el bajo precio que tiene y las múltiples posibilidades que brinda a través de la leche evaporada, el yogurt, la mantequilla, el queso y otros productos igualmente con gran calidad nutritiva.

Según las instituciones que trabajan en cuestiones referidas a la leche, falta promoción por parte de las autoridades, especialmente del Ministerio de Educación que debía inculcar a los maestros que enseñen a los alumnos las grandes propiedades benéficas de los lácteos que deben ser aceptados y consumidos en sus hogares. La presencia de la leche envasada si bien es casi general en colegios y escuelas, sus precios no siempre son accesibles para la mayoría de los niños; la implementación del desayuno escolar que tiene provisiones de leche no está obligada en todos los establecimientos y habría que incentivar que ello ocurra con normalidad y, en lo posible, evitando dar prioridad a los refrescos envasados en litreras o bolsas con alto contenido de gas carbónico. El gobierno debería realizar campañas en pro del consumo de leche a través de programas educativos en escuelas y colegios y, por su parte, los padres de familia adquirir leche para consumo de sus niños y de personas mayores que precisan del lácteo para fortalecer su salud; por otra parte, sería bueno considerar determinadas subvenciones para los productores con objeto de que el consumo sea mayor, especialmente en los hogares.

La leche, conjuntamente sus derivados como son el queso, el yogurt, la mantequilla, el requesón, las leches condensada y evaporada tienen propiedades como hierro, vitaminas que fortifican los huesos y el sistema inmunológico del cuerpo; la medicina moderna exige que se consuma leche, especialmente por parte de niños y ancianos y, sobre todo, en estados de convalecencia; aparte de lo explicado, se usa en repostería de toda clase y es utilizada como componente de muchos medicamentos con miras a fortificar huesos, articulaciones y otros. Es preciso, por todo ello, que se adopte las medidas más convenientes para que su consumo sea incrementado y, si es posible, se supere los índices existentes en otros países.