II
Murillo “Inició su servicio a la corona española en 1781 con el grado de teniente en la primera compañía de fusileros del rey, en Irupana, con la misión de conducir a Cochabamba a las familias europeas y criollas, cautivas por el cerco aimara de Túpac Katari y Túpac Amaru”. Murillo expresó bajo juramento: “Acredito constancia de los servicios que tengo hechos en defensa de la corona y el reino, desempeñando los cargos de Oficial en que se me empleó en la rebelión pasada. Hallándome en Yungas casado y con hijos, serví con actividad y vigilancia a mi rey y señor, en calidad de Teniente Capitán de la primera compañía de fusileros (…) mi comandante fue don José Ramón de Loayza”.
“Ante el asedio de los indios y en vista de la conmoción y falta de víveres, Murillo retiró a todas las familias españolas y criollas de los Yungas hacia Cochabamba, abriéndose paso él mismo ante el ataque de los enemigos indios en (un perímetro de) ochenta leguas hacia Cochabamba”. “Como Ayudante Mayor… en la expedición para levantar el sitio en que tenían oprimido los indios a La Paz, haciéndose acreedor a la distinción de Capitán que se le confirió por varias comisiones, entre ellas la del apresamiento de los indios caudillos y de Julián Apaza Nina (Túpac Katari) con peligro de su vida” (Documentos para la revolución de 1809 - Carlos Ponce Sanginés y Raúl García - 1954).
El 17 de octubre de 1781 Pedro Murillo escribió: “Vine desempeñando a satisfacción ser uno de los comisionados para estar al reparo de los guardias de la prisión de Túpac Katari, y otros que encomendaron en mi ciudad conociendo de mi servicio… fui colocado a abatir los enemigos desamparando mi mujer e hijos, solo al servicio del rey… en este empleo vine desempeñando (mi tarea) a satisfacción hasta el campo de las Peñas, donde con consideración a haberse logrado la pacificación, se me dio la licencia de retiro para que fuese a auxiliar a mi mujer e hijos que quedaban abandonados en la Ciudad de Cochabamba”.
“Inmediatamente después se le gratificó con 50 pesos mensuales de sueldo. Murillo desempeñó los cargos todo el tiempo que duró la sublevación. Sirvió con doscientos hombres al Comandante Segurola en defensa de la retaguardia de la ciudad de La Paz para servir con honor al rey y en contra de la insurgencia de los indios en 1781” (La revolución de la intendencia de La Paz, Carlos Ponce Sanginés - Raúl García - 1953).
“Luego de la retirada de los sublevados, se le encomendó el apresamiento de los líderes aimaras. Fue carcelero de Túpac Katari y organizó un poderoso grupo de mercenarios para combatir a los alzados que buscaban su emancipación” (José Luis Roca - La revolución de la Audiencia de Charcas - 2009).
“Haciéndose acreedor como capitán a la distinción del jefe, como que se le confirieron varias comisiones, entre ellas el del prendimiento (sometimiento) de los Indios que cumplió con todo honor y satisfacción del comandante general, con peligro de su vida… manteniéndose en el predio (dicho) servicio el espacio de seis meses dejando su familia en el Valle de Cochabamba” (Documentos para la revolución de 1809 – Carlos Ponce Sanginés y Raúl García – 1954).
“En estos hechos de armas alcanzó el grado ‘de Coronel a la vista’ por el celo demostrado en destrozar al bando enemigo. Se destacó, principalmente, en peligrosas misiones contra el ejército indio, habiéndosele encomendado por ello el apresamiento de los líderes aimaras y Quispes. Fue alcaide y guardián de los insurgentes… y organizó un poderoso equipo de mercenarios para combatir a los alzados que buscaban su emancipación” (José Luis Roca - La revolución de la Audiencia de Charcas - 2009).
Si fue protomártir, prototipo o protohistórico, si se sublevó contra el rey Fernando VII, lo que pudo nunca haber ocurrido “Murillo mantenía secretamente a Goyeneche al tanto de todo lo ocurrido por correspondencia y entregó solemnemente el mando de la junta tuitiva al rey por medio de los edecanes de Goyeneche, Pablo Astete y Marino Campero” (Humberto Vázquez Machicado - Manual de Historia de Bolivia - 1958).
Si firmó o no la proclama de la junta tuitiva, si esa proclama realmente existió, si fue independentista o no, es materia de otra pesquisa, en lo que otros estudiosos ya se han adentrado con gran acierto. Parte de esta crónica es ficción. Escoja usted cuál.
El autor es Médico, estudioso en temas históricos y diplomáticos.
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