Buscando la verdad
“Mamá no lo logramos, me voy a la horca; cuide a mi hijo”, fue el dramático mensaje de Víctor a su mamá -desde Malasia- reportado por Urgentebo.com (25.2.2018) dando a conocer el calvario de Silvia Vargas, madre de Víctor Parada Vargas, joven boliviano sentenciado a morir ahorcado por llevar droga en su estómago y ser descubierto el 2013, en ese país.
¿Se imagina la tristeza para una madre, al saber que su hijo está encarcelado? ¿Y que, irá a ser ajusticiado por un delito que nunca debió haber cometido? ¿Cuántos sueños rotos por un veredicto que -luego de cuatro años de suplicio e infructuosos gastos para defenderlo- aquel ser que un día estuvo en sus entrañas es sentenciado a morir asfixiado? ¿Cuál la culpa de esa madre para enfrentar semejante sufrimiento y además tener que hacerse cargo de su nieto -abandonado por su mamá- cuando su padre muera?
“Quiero que le den la oportunidad a mi hijo de demostrar que es un hombre de bien y que se pueda integrar a la sociedad”, imploraba entre lágrimas en la entrevista con Urgente.com, recordando las últimas palabras de su hijo que taladraron sus oídos: “Mamá no lo logramos, me voy a la horca; pero estoy preparado para todo (llanto). Quiero que le diga a mi hijo, que lo cuide”.
¡Cuánto sufrimiento pudo haber evitado este joven! Ni la pobreza -y mucho menos la ambición- pueden justificar un delito para salvar una necesidad o satisfacer un deseo. Cuando el hombre se confunde, todo le parece que bien, pero el camino del pecado lleva al dolor y tarde es el arrepentimiento: siempre será mejor vivir modestamente antes que delinquir y entrar a la cárcel o perder la vida.
Ante el clamoroso pedido de la compungida madre -dada la escasez de recursos de la familia afectada para afrontar los gastos judiciales e ir a Malasia- el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia se puso en movimiento a fin de tratar de evitar la aplicación de la pena capital.
Entonces Dios -viendo el atribulado corazón de la mamá- en su infinita misericordia ¡hizo el milagro!
“Liberan a boliviano condenado a muerte en Malasia...”, decía el titular, dando cuenta que gracias a la intervención de la diplomacia boliviana, luego de casi seis años de encarcelado, el condenado a muerte no sería ejecutado (El Deber, 25.7.2019).
Gran mérito para nuestra Cancillería -sin duda- pero la mayor gratitud para Dios, pues todo lo bueno viene de Él. Que la lección de este vía crucis sea que lo que se hace se paga, y que el gran riesgo es que no haya una segunda oportunidad…
El autor es Economista y Pastor.
Usurpado el 7 de octubre de 1970, por defender EL DIARIO |
Dirección:
Antonio Carrasco Guzmán
Jorge Carrasco Guzmán |
Rodrigo Ticona Espinoza |
"La prensa hace luz en las tinieblas |
Portada de HOY |
Caricatura |