ASFI establece reglas para mejorar seguridad tecnológica

La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI) impulsa, a través de la regulación y supervisión del sistema financiero, la innovación tecnológica de los servicios financieros para que las Entidades Financieras (EF) desarrollen plataformas digitales e instrumentos electrónicos de pago a la vanguardia de la tecnología y con óptimos niveles de seguridad de la información.

El Reglamento para la Gestión de Seguridad de la Información, emitido por ASFI establece las directrices y requisitos que las EF deben cumplir para gestionar la seguridad de la información, siendo las entidades financieras las responsables de efectuar un análisis y evaluación de riesgos en seguridad de la información, acorde a su naturaleza, tamaño y complejidad de operaciones financieras, señala la entidad reguladora.

La normativa, además, señala que se debe realizar un seguimiento continuo de las tendencias tecnológicas para desarrollar y actualizar sus planes estratégicos de tecnologías de la información y determinar una Política de Seguridad de Información que debe ser revisada y actualizada mínimamente una vez cada año.

También exige que todo software utilizado por las entidades financieras cuente con las licencias respectivas y se mantenga actualizado con las mejoras de seguridad distribuidas o liberadas por el proveedor, debiendo cada año reportar a ASFI el detalle del software que utilizan.

Asimismo, el mencionado reglamento instruye a las EF establecer políticas y procedimientos para el desarrollo, mantenimiento e implementación de sistemas de información, que permitan minimizar errores de entradas en los datos, asegurando que la información sea integra, válida, confiable y razonable y estableciendo controles que limiten la modificación y la eliminación de datos en cuanto a movimientos, saldos y operaciones efectuadas por los clientes.

LAS PRINCIPALES RECOMENDACIONES SON:

- No abrir correos electrónicos de personas desconocidas ni de supuestas entidades financieras que soliciten actualizar los datos personales.

- Ante cualquier duda, verificar la fuente del correo electrónico o llamar a la entidad financiera directamente.

- Reforzar la seguridad instalando en los equipos electrónicos un antivirus que lo proteja de contenido SPAM.

- Ser cauteloso con la información personal publicada en redes sociales, esta se convierte en el principal blanco para los ciberdelincuentes.

- Monitorear de forma periódica el estado de cuenta y reportar cualquier transacción no reconocida.