Planta industrial de cloruro de potasio

En mayo de 2008 arrancó el proyecto para elaborar carbonato de litio (Li2CO3) y cloruro de potasio (KCl) en el salar de Uyuni, que estaría a cargo de una empresa estatal, que en principio fue la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE), dependiente de Comibol, reemplazada en abril de 2017 por la Empresa Nacional Pública Estratégica de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), bajo tuición del Ministerio de Energías.

En 1989 el francés Francois Risacher que entre 1978 y 1985 estudió el salar por la asociación entre la francesa Orstom y la universidad local UMSA, calculó una reserva de potasio de 194 millones de toneladas (Mt).

En las salmueras del salar de Uyuni existen muchas sales entre las más importantes: cloruro de sodio (NaCl), KCl, cloruro de magnesio (MgCl2) y cloruro de litio (LiCl) además del ión sulfato (SO4-2). Las sales deben ser separadas o transformadas para volverlas productos comercializables. En el método elegido, las salmueras son bombeadas a piscinas donde por efecto de la radiación solar, al evaporarse el agua y concentrarse las sales, las que llegan a su punto de saturación se precipitan como cristales y el resto de la salmuera es bombeada a otras piscinas.

El NaCl y el KCl son los primeros que se precipitan rápida y casi simultáneamente, lo que constituye una ventaja. Se las separa fácilmente mediante flotación en una planta. El KCl utilizado ampliamente como abono, tiene un precio mucho mayor al del NaCl (sal común o de cocina), que se explota superficialmente en forma sencilla y barata en otros lugares del mismo salar. La sal o las sales de litio sobrantes en la salmuera deben liberarse primero del magnesio y luego precipitarse para formar en una planta el carbonato de litio usando carbonato de sodio, lo que resulta ser un proceso mucho más complejo y lento que el del KCl.

Según el portal IndexMundi el precio del KCl descendió fuertemente desde 870 dólares por tonelada ($us/t) en marzo de 2009 a 217 $us/t en julio de 2017 y subió a 272 $us/t en junio de 2019. Con este precio las 350.000 t anuales proyectadas significarían 95,2 M$us.

En la primera fase de escala piloto debía producirse mensualmente 40 t de Li2CO3 y 1.000 t de KCl, que no se cumplió. En la segunda fase de escala industrial que debía iniciarse entre 2013 y 2014, debía producirse anualmente 30.000 t de Li2CO3 y 700.000 t de KCl, que tampoco se cumplió. En 2015 la GNRE sin explicación alguna, decidió bajar a la mitad las producciones anuales de Li2CO3 a 15.000 t y la de KCl a 350.000 t.

Los continuos y excesivos retrasos para la producción industrial de ambas sales, se debieron a que no se resolvió el problema de la elaboración del carbonato de litio grado batería por la elevada y nociva relación Mg/Li y la insuficiente evaporación. Es probable que estos escollos hayan influido también en la decisión de bajar a la mitad las producciones. La producción industrial de KCl que como vimos es mucho más fácil, pudo iniciarse mucho antes, pero resulta que de la misma salmuera deben extraerse y elaborarse ambas sales.

El 13 de julio de 2015 se firmó el contrato con la empresa china CAMCE para la construcción, montaje y puesta en marcha de la planta industrial de KCl, con una capacidad anual de 350.000 t y un costo de 178 M$us, en un plazo de 30 meses. Con retraso fue inaugurada el 30 de septiembre de 2018. El Gerente de YLB dice que su producción ascenderá gradualmente hasta alcanzar 350.000 t en 2020. Desde octubre de 2018 a mayo de 2019 (8 meses) la planta alcanzó una producción de 30.000 t (3.750 t/mes o 13% de su capacidad de producción). No se tiene datos de la pureza, de la recuperación ni del costo de producción del KCl. Tampoco se conoce si el producto tiene certificación ISO

Esta baja producción y las declaraciones del Gerente de YLB en mayo de 2019, en sentido que la producción se incrementará de acuerdo con la demanda y de que este año se espera alcanzar una producción de entre 70.000 a 80.000 t de KCl (23% de su capacidad de producción luego de más de un año de operación), destinada principalmente a Brasil, Perú y Chile, aunque también llegaría en los próximos meses a Argentina y Paraguay, muestran claramente que se construyó la planta sin asegurar previamente los mercados. El trabajar con tan baja capacidad seguramente está ocasionando pérdidas operacionales. Resulta incongruente que en 2019 se espere producir 70.000 a 80.000 t y que en 2020 se alcance 350.000 t. Cuando se construye cualquier planta o fábrica, para maximizar las utilidades se trata de empezar a operar a capacidad plena lo antes posible, para lo que de antemano deben estar asegurados los mercados y no depender de ellos (que no son seguros), como ocurre con esta planta.

El Servicio Geológico de Estados Unidos anualmente publica la producción y las reservas de los minerales. Para 2018 publicó las del óxido de potasio (K2O) equivalente. Considerando los pesos moleculares del K2O y del KCl, en el cuadro que sigue se ha calculado la producción y reservas de KCl, de los principales productores, en millones de toneladas.

Resaltan la producción de Canadá y las reservas de Rusia. En 2017 la producción mundial de KCl fue de 32,76 Mt, vale decir hubo un incremento modesto de 1,5% en 2018. La producción proyectada en Uyuni de 0,35 Mt, representaría el 0,8% de la producción mundial de 2018.

A pesar de la baja capacidad de planta, en la que se invirtió 178 M$us, resulta inconcebible que no se hubieran asegurado mercados previamente, para que trabaje a máxima capacidad.