El gas como problema

Un documento de la Cepal viene a decir en pocas palabras lo que algunos bolivianos estaban sospechando: el gas natural se ha convertido un problema para el gobierno boliviano, según dice Siglo 21.

Lo dice a los pocos días que el Ministro de Economía les dijo a las gobernaciones y alcaldías que deben olvidarse del IDH y “buscar fuentes alternativas de ingresos”. En pocas palabras, se acabó el gas, se agotó después de una sobreexplotación ordenada por el actual gobierno.

Dice en su informe sobre 2019 la Cepal acerca de la situación de Bolivia: “Las complicaciones que plantea la industria del gas natural, tanto por aspectos de explotación como por la renovación de los contratos de venta, así como la ejecución de la inversión pública, representan un gran desafío para este año”.

Esto no coincide, o directamente contradice, con los optimistas informes del Ministro de Hidrocarburos, que repite todos los días que Brasil le comprará a Bolivia 35 millones m3/d de gas, mientras que desde Brasil se dice exactamente lo contrario.

El mismo día en que Petrobras informaba la semana pasada que había decidido reducir al mínimo sus compras de gas natural boliviano, el ministro Luis Sánchez decía que las compras brasileñas iban a ser superiores que las de la época de vigencia del contrato. Son las urgencias de la campaña electoral.

Y añade el documento de la CEPAL reproducido por Siglo 21: “La contribución negativa de los hidrocarburos al crecimiento del PIB se amplió de -0,2% en 2017 a -0,5% en 2018”. “En 2018, la producción fue de un promedio de 51,5 MM m3d, una de las cifras más bajas desde 2014, cuando se registraron 61,3 MM m3d”. “En el último trimestre de 2018 la producción de gas presentó una caída de 24% respecto del mismo período del año anterior, tanto por una menor demanda desde el Brasil y la Argentina como por problemas en la producción, dado el aparente agotamiento de los campos gasíferos en funcionamiento, que repercutió en que la empresa estatal YPFB fuera multada en 2019 por la brasileña Petrobras por incumplimiento en los envíos de gas natural”.

Los otros detalles que ofrece Siglo 21 son muy reveladores. Revelan que en el exterior se sabe más sobre el tema del gas boliviano que dentro del país. La política de hermetismo informativo de YPFB ha provocado que los bolivianos ignoren la situación desastrosa en que se encuentra la industria del gas en Bolivia.

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