Adolescentes desaparecidos
> La escasa comunicación entre padres e hijos facilita que los adolescentes desaparezcan sin dejar huella, además son más vulnerables ante la trata y tráfico de personas.
Durante una fría mañana, la madre de familia, con rostro muy preocupado, conversa con una investigadora en la Policía de El Alto. Ella le dice que su hijo no volvió a casa desde el anterior domingo. Él le pregunta si sabe a qué hora salió de casa y cómo estaba vestido. La respuesta es el silencio. La señora no puede evitar derramar lágrimas. Está desesperada.
El uniformado quiere ayudarla. Y vuelve a preguntar. “¿En qué colegio estudia?, ¿en qué curso?”. La señora duda. Atina a decir que está en un colegio, luego en un instituto cuyo nombre tampoco recuerda. El Policía dice que esa es la norma en el caso de los adolescentes desaparecidos.
“Los progenitores no conocen el entorno social de sus hijos dificultando la respuesta inmediata de la Policía”, dijo el jefe de la división de Trata y Tráfico de Personas y la división Menores, teniente Boris Vladimir Gutiérrez Loayza.
De acuerdo con el estudio de la Organización de Estados Americanos (OEA) con registros de la gestión 2017, en Bolivia diariamente ocho niños son reportados como desaparecidos y sólo dos son encontrados, en los últimos 10 años el índice de este flagelo incrementó en un 92.2%, del cual el 70% de las víctimas son niños, niñas, adolescentes, mujeres y jóvenes de 12 a 22 años de edad.
Los datos oficiales señalan que en el último año subió en 60% el número de casos de adolescentes desaparecidos entre 13 y 17 años. El Observatorio Interinstitucional de Bolivia de Trata y Tráfico de Personas, señala que solo dos personas son encontradas de ocho desaparecidas.
El Compadre evidenció que varias personas que acuden a las oficinas policiales desconocen el lugar de estudio de sus hijos, círculo de amistad, si está en una relación sentimental o si practica algún deporte. “Mi hijo no llega desde el día domingo, está estudiando en un instituto. No sé con quien salió”, contó la madre de familia sobre la desaparición de su hijo a la sargento de turno.
Gutiérrez recomienda a los padres de familia hacer un seguimiento a sus hijos. “Somos las primeras personas en poder discernir qué problemas existe con nuestros hijos. Deberíamos ser los primeros en contener esta situación de vulnerabilidad que puede generar a la trata de personas”.
Recomendó dar seguimiento al entorno social de sus hijos, conocer sus pasatiempos, lugar de estudio y si presenta algún tipo de cambio en su comportamiento habitual y así evitar alguna desgracia. “Se puede entender de los adolescentes, por el cambio de conducta, pero no se puede entender de menores de edad, como es posible que un papá no sepa donde estudia su hijo”, lamentó.
Gutiérrez explicó que se registraron casos de esposas que denunciaron la desaparición de sus concubinos y desconocían el lugar de trabajo de los mismos.
El informe revela que los principales departamentos donde existe este flagelo son La Paz, Cochabamba, Beni y Santa Cruz lugares en los que “hay evidencia material de reclutamiento de personas para explotación sexual”. (Urgentebo)
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