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Homenaje a caídos de Japón

Emperador expresa su "profundo arrepentimiento" por actos bélicos

- El Gobierno conmemoró el 74 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial

Tokio.- El emperador nipón Naruhito expresó ayer su "profundo arrepentimiento" por los actos bélicos de Japón, en su primer discurso como ocupante del trono en el acto anual para honrar a los caídos de guerra, y en el que dio continuidad a la postura de su predecesor.

"Echando la vista atrás al largo período de la paz de posguerra, reflexionando sobre nuestro pasado y teniendo en mente sentimientos de profundo arrepentimiento, espero sinceramente que los estragos de la guerra no vuelvan a repetirse", dijo Naruhito en su discurso para conmemorar el 74 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Naruhito, de 59 años y que ascendió al trono en mayo, homenajeó con estas palabras a su padre, el emperador emérito Akihito (85), que desde el 70 aniversario del fin de la contienda en 2015 había usado los términos "profundo arrepentimiento" en su mensaje anual.

En un acto celebrado en el estadio Nippon Budokan de Tokio al que asistieron más 6.000 personas, entre representantes gubernamentales, políticos y familiares de las víctimas, Naruhito manifestó, además, su "profunda tristeza" por aquellos que perdieron la vida.

"Rezo por la paz de Japón y por un mayor desarrollo", añadió el emperador nipón en su discurso.

Cerca del 80 % de los asistentes a la ceremonia tenían más de 70 años, siendo la más anciana Haru Uchida, de 97 años, la viuda de un hombre que cayó en Okinawa, según datos del Ministerio de Salud.

Las palabras de Naruhito, que estuvo acompañado por la emperatriz Masako, siguieron a un minuto de silencio en memoria de los caídos y a las palabras ofrecidas por el primer ministro, Shinzo Abe.

"Nunca olvidaremos que la paz y la prosperidad que disfrutamos fue construida sobre el sacrificio de los muertos de guerra. (...) La guerra no debe repetirse. Esta promesa no cambió en las eras Showa, Heisei ni lo hará en Showa", dijo el mandatario, que aseguró que Japón "recuerda profundamente las lecciones de la historia".

Como en años anteriores, Abe no hizo alusión a las agresiones perpetradas contra países vecinos, y horas antes de su participación en el acto envió una ofrenda al polémico santuario de Yasukuni de la capital, que dichos países vinculan al pasado colonialista de Japón.

En dicho santuario se honra a los caídos por Japón entre finales del siglo XIX y 1945, entre ellos 14 políticos y oficiales del ejército imperial condenados como criminales de guerra de clase A por los actos cometidos durante la contienda mundial. (EFE)

 
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