“Respeto al estado de derecho de Bolivia”

Un representante del gobierno del Sr. Trump llegó al país y expresó conceptos y criterios sobre la democracia, la situación en Venezuela y la necesidad de que la justicia conjuntamente las libertades sean normales en nuestro país. En encuentro con periodistas, ratificó lo expresado por el Encargado de Negocios en sentido de que “Estados Unidos no apoya ni a candidatos ni a partidos políticos, sí apoyamos el fortalecimiento de la democracia, la transparencia y el estado de derecho de Bolivia porque Bolivia y Estados Unidos comparten la misma meta de tener instituciones democráticas que expresen la voluntad del pueblo. Los procesos plenamente democráticos incluyen no solo elecciones libres y justas sino también las libertades de prensa y de asociación y un estado de derecho aplicado de manera equitativa y justa para todos”.

Las expresiones del enviado de Trump son coincidentes con el sentir de instituciones, políticos y pueblo bolivianos porque sin libertad no puede haber democracia y sin ésta tampoco se puede pedir que haya justicia ni institucionalidad. En relación con Venezuela, lamentó la gran migración de sus ciudadanos a otros países “debido a la mala administración de Maduro y que Estados Unidos respalda las determinaciones del Grupo de Lima, además de esperar que todos los países se unan para que se restablezca la tranquilidad en esa nación”.

Cuando cualquier funcionario visitante al país o que conforme la embajada de Estados Unidos emite cualquier declaración, surgen criterios y acusaciones que no corresponden al sentir normal de la comunidad boliviana que entiende que todo razonamiento extranjero se basa, simplemente, en realidades que vive el pueblo boliviano y apoya la vigencia democrática para mantener las libertades y la concordia. Ante lo expresado por el enviado de Trump, un miembro del gobierno expresó: “vino a ordenar a la oposición”, criterio que no es igual al sentir general del pueblo que coincide con el principio de que se debe respetar el orden institucional en el país y, sobre todo, los principios de derecho.

En resumen, el alto funcionario pidió “respeto al estado de derecho de Bolivia”, un pedido que está acorde con el sentir de los bolivianos que esperan no solamente respeto a la Constitución y las leyes sino a todo lo que implica institucionalidad y, más propiamente, a las decisiones del pueblo, sea en un referéndum o en cualquier acto electoral que reflejan, mediante el voto, la voluntad soberana del pueblo.

En la política partidista oficial existe el criterio de que la visita seguramente tuvo el objetivo de “dar órdenes” o instrucciones a la oposición, extremo que, de hecho, no podría ocurrir porque los partidos, por principio, no pueden ni obrarían conforme a dictados extraños y solo actúan en conformidad con sus principios y valores; por su parte, tampoco el gobierno estadounidense se prestaría a ser un “mandamás” de la oposición boliviana que, por principio, actúa independientemente de cualquier presión.