CON LUPA FEMENINA
A lo largo de la historia del fútbol boliviano, la selección tuvo 53 procesos con 50 directores técnicos. El primero fue Job De la Cerda en 1926 y el recientemente destituido, Eduardo Villegas en 2019, es el último.
Casi un siglo de trayecto y son más las similitudes que las diferencias entre los profesionales y sus ciclos de trabajo. Por ejemplo, De la Cerda y Villegas tienen mucho parecido; pero el más profundo es que ambos nacieron en nuestra tierra. Luego de la llegada del fútbol a Bolivia 1885, en agosto de 1926 la dirigencia de esos años, pensando dentro la lógica, eligió como director técnico de la selección a De la Cerda que determinó efectuar su trabajo con cien deportistas en Cochabamba donde después de un mes optó por 17, para disputar el Sudamericano de Chile.
En aquella oportunidad la producción fue magra, por el escaso tiempo de trabajo: Bolivia 0-5 Argentina, Bolivia 1-6 Paraguay y Bolivia 0-6 Uruguay. Casi 100 años después, tras haber conseguido (solamente) un torneo Sudamericano (1963) y una clasificación al Mundial (1994); se eligió a un técnico también boliviano, Eduardo Villegas; quien trató de ver con ecuanimidad a los valores del balompié existentes en el país; pero al igual que De la Cerda, tuvo muy poco tiempo y escaso apoyo. Villegas debutó contra Nicaragua (2-2) y luego enfrentó seis derrotas con Corea del Sur (0-1), Japón (0-1), Francia (0-2); Brasil (0-3), Perú (1-3) y Venezuela (1-3).
En consecuencia, el panorama en términos numéricos, no ha cambiado, salvo los dos arrebatos de alegría en 1963 y 1994; la producción de la selección boliviana quedó estancada en el siglo pasado.
De los 50 técnicos, 13 fueron extranjeros y los dos más grandes logros: Campeonato Sudamericano y clasificación al Mundial Usa ’94, fueron de la mano de dos D.T. s que no nacieron en Bolivia: Danilo Alvim (brasileño) y Xavier Akargorta (español).
¿Pero será por esta casualidad histórica que los dirigentes de hoy creen que poner como entrenador a un extranjero es la solución a la crisis permanente del fútbol nacional?...No...
La crisis del fútbol boliviano es permanente y es estructural porque no hay incentivo, no hay respeto al trabajo de los nacionales, no hay compromiso y sobre todo, por el desconocimiento de nuestra realidad. (Evitemos nombrar a la corrupción, pero también es posible).
Si bien el D.T. es un estratega de los equipos, no es el factor determinante para que una selección sea campeona o sea mediocre. Lamentablemente nosotros seguiremos en esta última categoría si no se respetan procesos y si se siguen buscando culpables en vez de trabajar y dejar trabajar.
Ghilka Sanabria Pradel,
es periodista
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