“La Amazonia está amenazada de muerte”

Desde hace tiempo circula la versión de que la Amazonia está gravemente amenazada por diversas causas; que si continúan acciones como hasta ahora, no tardará mucho en morir la mayor reserva ecológica del mundo. Últimamente, Cáritas, institución de la Iglesia, a través de la Formación e Incidencia Pastoral Social Cáritas ha informado que “la amazonia boliviana está amenazada de muerte debido a la industria extractiva hidrocarburífera y minera, proyectos hidroeléctricos, ampliación de la frontera agrícola, expansión del cultivo de coca, asentamientos humanos”. Por su parte, radio Fides, medio de Comunicación de la Iglesia, también dio a conocer su criterio al señalar: “Una Amazonia que nos otorga agua dulce, oxígeno y una biodiversidad que representa vida quiere generar la atención porque la Amazonia está amenazada de muerte”.

La prevención es clara y los países que tienen partes importantes en ella deberían adoptar las medidas más convenientes para evitar mayor depredación y atentados contra la naturaleza. Una publicación especializada señala: “Bolivia es el país que tiene el mayor porcentaje de su territorio en la cuenca amazónica. Los datos del Tratado de Cooperación Amazónica revelan que la superficie amazónica de Bolivia cubre una extensión de 824.000 kilómetros cuadrados, que representan el 75% de su territorio nacional y el 11,20% de toda la cuenca amazónica continental. La Amazonia boliviana se encuentra ubicada en los departamentos de Beni, Pando, Santa Cruz, La Paz y Cochabamba. Los ríos de la cuenca amazónica nacen en los nevados andinos y dan origen a uno de los más importantes afluentes del Amazonas como es el río Madera” (ED 24-7-19).

Se informa que la región amazónica es el “escenario de una diversidad biológica que se expresa en una extensa flora y una variada fauna. La Amazonia norte, caracterizada por su bosque tropical siempre verde, de tierra firme y ríos encausados. Se la conoce como la región del Caucho y produce importantes recursos naturales como la castaña, palmito, maderas finas, frutas exóticas, especies medicinales, caucho natural y oro aluvional”. Lo que preocupa a las comunidades aledañas es que la explotación de riquezas es irracional porque no obedece a ningún plan científico que obligue a cuidar y preservar la naturaleza.

El mundo vive angustiado por lo que pueda ser el futuro a pocas décadas porque si a una explotación irregular de recursos se añaden los incendios que son provocados con el “fin de lograr tierras para cultivos”, el problema adquiere dimensiones muy graves. Es, pues, necesario que las autoridades de todos los departamentos involucrados, conjuntamente otros países que tienen participación en la Amazonia, estudien las mejores medidas para cuidar y preservarla, especialmente evitando la extinción de plantas y animales que deberían merecer cuidados especiales; se debería evitar también el envenenamiento de aguas de los ríos por la explotación de oro con el uso de mercurio.