Exministra brasileña:
> La exautoridad responsabiliza al presidente Jair Bolsonaro por el desastre natural
La exministra de Medio Ambiente de Brasil y excandidata a la Presidencia del país, Marina Silva, ha calificado de "un crimen de lesa humanidad" los incendios del amazonas que han arrasado miles de hectáreas y ha culpado a las políticas actuales por avivar los incendios.
Una cifra récord de incendios forestales se ha prolongado durante semanas y está diezmando el Amazonas brasileño, la selva tropical más grande del mundo, cuya protección, según los científicos es fundamental para la lucha contra el cambio climático.
"El mundo entero está observando una situación que está fuera de control en términos de deforestación e incendios en el Amazonas de Brasil", ha indicado Silva en una rueda de prensa en Bogotá.
La exministra y otros ambientalistas han culpado de la difícil situación en el Amazonas a los recortes a las protecciones ambientales bajo el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien asumió el cargo en enero.
"Es una situación que considero un crimen contra la patria, un crimen de lesa humaidad", ha subrayado Silva. "A lo largo de la historia de Brasil hemos tenido situaciones difíciles, pero esta es la primera vez que tenemos una situación que fue alimentada práctica y oficialmente por el Gobierno", ha añadido.
FISCALES
Los fiscales federales en el estado brasileño han asegurado que investigarán el aumento de la deforestación y los incendios forestales para determinar si se ha reducido el control y la aplicación de las protecciones ambientales.
Ambientalistas como Silva, quien fue ministra bajo el mandato del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, dicen que el impulso de Bolsonaro para abrir el Amazonas al desarrollo está alentando a la industria, los madereros ilegales y los ganaderos a limpiar la tierra y explotar los recursos naturales.
"El Gobierno de Bolsonaro ha desglosado todas las políticas ambientales que se crearon a lo largo de las décadas", ha recalcado Silva, quien nació en una comunidad de extracción de caucho en el Amazonas. A principios de este mes, Noruega y Alemania suspendieron la financiación de proyectos para frenar la deforestación en Brasil después de alarmarse por el aumento de la deforestación bajo la Administración de Bolsonaro.
El presidente por su parte, manifestó que el Gobierno carece de los recursos necesarios para combatir contra los incendios forestales y ha aseverado que si bien no podía demostrar que las ONG estaban provocando los incendios, eran "los sospechosos más probables".
Además, el mandatario también ha dicho que los países que dan dinero para preservar el Amazonas lo hacen para "interferir con nuestra soberanía" y no como caridad. Los grupos indígenas que viven en la selva amazónica y dependen de ella para sobrevivir afirman que los incendios forestales en Brasil y el este de Bolivia son una "tragedia".
"La falta de capacidad de estos gobiernos y su falta de voluntad política ha causado la grave tragedia ambiental que durante semanas, y sin precedentes, ya muestra un daño ambiental irreversible", han asegurado las organizaciones indígenas amazónicas.
Kumi Naidoo, secretario general de Amnistía Internacional, ha indicado que la responsabilidad de detener los incendios forestales "recae directamente" sobre el Gobierno de Brasil, que "debe cambiar su política desastrosa de abrir la selva para la destrucción". (Agencias)
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