Fútbol: Rey cruel

400 años antes de Cristo, la humanidad ya convivía con el fútbol. Deporte de masas que sobrevivió al Oscurantismo, se expandió con las Misiones Jesuíticas, alcanzando amplio esplendor a inicios del siglo XX, es ahora; sin lugar a dudas, “la disciplina que reina en el Universo”.

La organización de torneos mundiales, de clubes o de selecciones, ha ido de la mano con la evolución de la sociedad en diversas áreas de la ciencia y tecnología. El Marketing (mercadeo) ha tomado parte fundamental en el desarrollo de este deporte, con el consecuente impacto económico exorbitante, por ingresos y egresos millonarios que han hecho de la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA), un ente incluso más poderoso que la Organización de Estados Americanos (OEA) o que la propia Iglesia Católica.

El ciclo económico de la FIFA de los últimos cuatro años alcanzó el récord de ingresos con una cifra de $us 6.421 millones (para tener una idea, las reservas internacionales de Bolivia, consideradas en abril pasado, son de $us 7.923 millones) y eso que nos remitimos sólo a la gestión Gianni Infantino como presidente del ente mundial. La misma FIFA reconoció que el 83% de esos ingresos fue producto del Mundial de Rusia 2018, considerado la competición más rentable de la historia. La magnitud del poder económico del administrador del fútbol mundial es un gigante que pasa y pisa a los más pequeños porque no los ve. En ese contexto, en Bolivia aún no se efectúa un censo de los lugares donde se practica el fútbol, es seguro que en todos los rincones y las grandes ciudades se lo tiene presente; pero aún somos invisibles.

La preferencia corriente sólo hecha una mirada al profesionalismo, Bolívar, The Strongest, Blooming, Wilstermann, San José, Oriente Petrolero…El fútbol como deporte número uno de Bolivia, debiera también hacer llegar su cobertura organizada a las áreas rurales y barrios marginales, grupos no tradicionales y sobre todo a las niñas y niños. Darle utilidad a las canchas que se han construido en los últimos tiempos, llenándolas de competencia y de vida. Sólo así fútbol dejará de ser el “Rey Cruel” con Bolivia, ya es tiempo: ¡emerjamos! .

Ghilka Sanabria Pradel,

es periodista