III
Joshua Bellott Sáenz
En una publicación de un matutino local del 4 de agosto de 2019 se afirma que pese a que el objetivo del ingreso de los biocombustibles al mercado era disminuir la subvención a los carburantes, este 2019 (hasta agosto) subió en relación con el año pasado de 1,705 millones de bolivianos a 2,727 millones. Aunque según el presidente de YPFB la subvención disminuirá en 30 millones de dólares y los próximos años la baja alcanzará a los 100 millones de dólares. Por lo que, obviamente, las medidas aplicadas no podrán reducir a cero las subvenciones actuales.
Lo que debe quedar claro para todos los bolivianos es que todas estas medidas en su conjunto tienen, según mi percepción, objetivos claros:
Como dijimos anteriormente, la industria soyera se encuentra con muchos problemas porque en estos 14 años no se produjo un cambio tecnológico que pueda incidir en la reducción de costos y el aumento de la productividad, especialmente de los productores medianos y pequeños. Asimismo, no se incentivó al 80% de los productores de soya para que puedan crecer y posicionarse en el mercado, sino más bien se incentivó la reproducción de un modelo oligopólico que permitió a los más ricos y a los terratenientes apoderarse del negocio en esta industria.
Por otro lado, y dado que en uno o dos años en el país se tendrá un alto porcentaje de autos nuevos que requieren combustibles con mayor octanaje y que cumplan las normas de emisiones, como la Euro IV, el precio de la gasolina no habrá subido por medio de un decreto (gasolinazo), sino por medio de una norma ambiental que dejará en el pasado el precio de la gasolina de 3.7 Bs el litro.
Por último, una conclusión que se desprende de este análisis en su conjunto, es que estos 14 años de gobierno han servido para reposicionar a las oligarquías en el país y no para el beneficio de las grandes mayorías, prueba de esto es el acuerdo político de los grandes empresarios de Santa Cruz y el Movimiento al Socialismo. Por otro lado, y más grave aún, estos 14 años no sirvieron para diversificar la economía y crear una base productiva ancha que abarque a un mayor número de ciudadanos bolivianos, como una política, no sólo de sostenibilidad de nuestra economía, sino como una verdadera distribución de los recursos en pro de las mayorías nacionales.
Los trabajadores independientes son el 30% (1.5 millones) y el 60% es pobre multidimensional. La clase obrera no obrera constituye el 15% y el 63% es pobre multidimensional. La clase obrera ahora es el 14%.
Se estima una inversión de 1.600 millones de dólares generando más de 30 mil nuevos empleos, un incremento de la superficie cultivada de 180 mil hectáreas y el ahorro de 4,150 millones de bolivianos para el 2025 para el fisco. Representará el crecimiento del 1% del PIB.
La súper etanol 92 es un combustible que tiene 88% de fuente fósil o derivado del petróleo y el restante 12% es vegetal o alcohol anhidro, obtenido de la caña de azúcar. El litro se vende a 4,5 Bs. Pese a que el objetivo del ingreso de este producto fue para disminuir la subvención a los carburantes, este año subió en relación con el año pasado de 1,705 millones de bolivianos a 2,727 millones, del total presupuestado, que es 4,300 millones, pues el saldo (1,573 millones) va a incentivos a las petroleras.
Según el presidente de la estatal petrolera la subvención disminuirá en 30 millones de dólares y los próximos años la baja alcanzará a los 100 millones de dólares.
En enero de 2019 el gobierno firmó con Aguaí, Guabirá, La Bélgica y Unagro para la provisión anual de 150 millones de litros de alcohol anhidro. En marzo se autorizó el uso de semillas de soya transgénica mejorada para la producción únicamente de biodiesel y con ese propósito aprobó el aumento de 250,000 hectáreas para el cultivo del grano.
Ya no tenemos la necesidad de importar esos 140 millones de litros anuales (de insumos y aditivos).
YPFB ha realizado inversiones en plantas de acondicionamiento, plantas de almacenaje, en el sistema de blending (mezcla) para tener el combustible terminado en especificación y después en plantas de almacenamiento. Nuestras inversiones superan los 40 millones de dólares.
En los próximos 5 años lograremos incorporar a los combustibles por lo menos en 380 a 400 millones de litros anuales de insumo y aditivo, y eso en dinero será 100 millones de dólares.
La principal conclusión del estudio del CEDLA es que en 2017, el 34% de la población boliviana era pobre por ingresos, mientras que los pobres multidimensionales llegaron a 61%.
Las empresas públicas con el brazo operativo del modelo económico vigente en Bolivia, teniendo como principal objetivo generar recursos, cambiar la matriz productiva y ser una fuente generadora de trabajo, que tiene como resultado la disminución de la pobreza.
Oruro cuenta con 346 mil hectáreas arables y 3 millones de hectáreas no arables, que pueden ser mejoradas en un 20%, con lo que alcanzaríamos a 500 mil hectáreas disponibles. Se tiene el dato que en la actualidad se utiliza 60 mil has, para la quinua.
El autor es economista.
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