Vecinos exigen alumbrado público y presencia policial

Anexo Santa Rosa es una de urbanizaciones del Distrito-1, donde al igual que otras del área periurbana, la inseguridad ciudadana se convierte en una problemática constante, razón por la cual vecinos de este sector demandan mayor presencia policial y la instalación de un adecuado alumbrado público.

“En este sector y la calle Alberto Mora se vive en total obscuridad, como consecuencia de la falta de alumbrado público demandado al municipio, es por eso que la mayoría de los vecinos debemos salir a la puerta y calle y esperar que lleguen nuestros hijos del colegio, al igual que los familiares que trabajan, no tenemos seguridad de nuestras vidas, ni de nuestras casas”, exclamó Guillermina Mamani, quien al igual que otros vecinos del sector de Alpacoma, avenida Litoral, entre otras urbanizaciones, demandan mayor alumbrado público, no solo porque en pasados días haya sido de impacto informativo los atracos perpetrados a transeúntes, como el robo de celular en la Ceja o los robos a la salida de los locales nocturnos.

En la ciudad de El Alto, los vecinos que encuentran cadáveres de víctimas de diferentes ilícitos, como ocurrió en barrios como Senkata, río Seke, Puchucollo no solo corresponde a hechos de tránsito, sino como resultado de algunos ilícitos. El botadero municipal de Villa Ingenio, da cuenta que este tipo de imágenes impactantes que generan temor en la ciudadanía alteña, también se presenta en las urbanizaciones peri urbanas del D-1, D-2, D-3, entre otros, razón por la que se convierte en una problemática social la inseguridad ciudadana, que en percepción de los vecinos, puede reducir la misma, si tan solo se mantuviera de forma constante los patrullajes policiales, las rondas de uniformados civiles y la aplicación con resultados de las mencionadas cámaras de seguridad ciudadana.

“No es suficiente que las autoridades se conformen con instalar cámaras de seguridad y monitoriar, porque ahora los delincuentes hacen diferentes maniobras, incluida la de portar capuchas, gorras, con el afán de no ser identificados por esas cámaras, por lo tanto no resulta útil, cuando de lo que se trata de que las autoridades policiales deban prevenir el crimen y no solo cuantificar los hechos”, lamento Verónica Calle vecina de Villa Dolores, una de las zonas rojas, calificada como el sector donde no solo se ofrecen productos de dudosa procedencia, sino por su estructura de pasillos y quioscos de comercio, se convierte en instrumentos donde se ocultan los responsables de algunos delitos público o donde se vende sin ningún control.

“Constantemente se realizan operativos en ese sector, además de los mercados de ferias distritales, pero no se puede evitar que las personas dedicadas al robo, busquen mecanismos por los cuales eluden la justicia y al salir nuevamente de la cárcel, llegan a continuar con su actividad ilícita”, explicó el oficial Limber Coca, subdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc).

Pese a esa determinación asumida por la actual política policial en la presente gestión, muchos de los hechos referidos a la Inseguridad Ciudadana, incluso generaron luto entre los vecinos quienes aseguran que son los jóvenes y sobre todo quienes frecuentan bares, cantinas, discotecas, los fines de semana, quienes corren el riesgo de enfrentarse con estas personas dedicadas al robo agravado, quienes no les es suficiente apropiarse de un objeto de valor, sino logran realizar heridas punzo cortantes, sobre todo cuando la víctima demuestra resistencia, llegando a fallecer por un celular o por el robo de una chamarra.

“La inseguridad ciudadana están dejando huérfanos y familias desintegradas, es por eso que estamos solicitando la instalación de luminarias públicas, se tiene los postes, pero la mayoría no funciona y sólo uno de los postes en el sector de Anexo Santa Rosa, hay solo una luminaria en ocho cuadras, la misma que parece mechero, en toda la zona, por eso pedimos esa demanda”, concluyó Guillermina Mamani.

En tanto que en la zona de Senkata, o en la avenida Juan Pablo II, donde se instalan los locales de consumo de bebidas alcohólicas se convierte en “avenidas de la muerte”, no solo por el riesgo que representa para los transeúntes caminar por esas vías de poca iluminación, sino por la presencia de grupos delictivos que frecuentan el sector y se instalan en las puertas de los locales nocturnos, con la finalidad de sorprender y atracar a sus víctimas.