Al mes de agosto de la presente gestión, la inflación acumulada alcanzó a 1,55 %, a doce meses la variación de precios fue de 2,25 %, y la mensual registró 0,50 %, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La cifra se explica, principalmente, por el incremento en el precio de la carne de pollo y de la papa que incidieron en 0,27pp (puntos porcentuales) y 0,11pp, respectivamente.
El aumento en el precio del pollo se dio a inicios del mes de agosto, como consecuencia de factores climatológicos que afectaron algunas granjas avícolas y redujeron en parte su producción, explica el INE.
Asimismo, hubo una sobredemanda de este producto debido a las fiestas patronales de Urkupiña. Por otro lado, el precio de la papa responde principalmente a factores estacionales, ya que en estas fechas ingresa una nueva producción que usualmente eleva los precios.
Ante el incremento del precio del pollo, el Gobierno nacional ha realizado controles en los mercados de abasto a fin de evitar especulaciones; de igual forma, fijó el precio de la harina de soja a fin de atenuar el alza en los precios.
De esta forma, Bolivia mantuvo controlado el nivel general de precios, frente a los embates de los factores climatológicos adversos, velando por la estabilidad económica, señala el boletín de prensa del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
Sin embargo, una baja inflación si bien favorece a la ciudadanía, refleja una economía con poco movimiento, y por lo tanto la producción y la generación de trabajo se paralizan, debido al indicador, en reiteradas oportunidades señalaron los economistas.
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