Riesgos por consumo de bebidas alcohólicas

En psicología se establece que la ingesta de bebidas alcohólicas muchas veces ocasiona conductas que pueden generar riesgos no solo para la estabilidad emocional de los miembros de la familia o amigos, sino incluso para la propia seguridad de quienes deciden embriagarse, en algunos casos sin límites.

Si se habla de riesgos, no solo debemos referirnos a la salud, ante una posible intoxicación, sino al cambio de conducta luego del consumo gradual de bebidas alcohólicas, mucho más si son de dudosa procedencia, difícilmente detectable para el público común. Por lo general, luego de 12 horas, las personas suelen perder conciencia de qué pasó bajo los efectos del alcohol.

Las consecuencias de este cambio de conducta suelen ser atendidas en entidades llamadas por ley, por ejemplo en el área de División de Personas, que recaba las denuncias por riñas y peleas, lesiones, amenazas, escándalo en vía pública, entre otras acciones. Por lo general, muchos de los implicados estuvieron bajo los efectos de bebidas alcohólicas cuando se produjeron dichos actos.

Las fiestas barriales, prestes, entradas folclóricas, entre otros eventos locales o municipales, posibilitan que los participantes, luego de la ingesta de bebidas alcohólicas, terminen involucrados en este tipo de denuncias.

Hasta 2018 se atendió 4.714 denuncias sobre conflictos entre personas, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y sobre todo dentro de la familia. Mientras que en la presente gestión, en el primer semestre hubo 4.529 casos. Si bien son 185 casos menos que en la pasada gestión, este factor no necesariamente responde a un cambio en la conducta cultural para reducir la ingesta de bebidas alcohólicas.

Por otra parte, también se observa la comisión de otro tipo de delitos que ponen en riesgo las vidas de víctimas vulnerables, como son niños, mujeres y ancianos, a quienes se somete a agresiones graves, leves o hasta se provoca su muerte. Se podrá nuevamente establecer que en un 89% los casos surgen cuando el agresor se encuentra bajo los efectos no solo de bebidas alcohólicas sino incluso de drogas.

Estos componentes no solo sirven para que las personas inhiban sus conductas cotidianas, sino también permiten el afloramiento de conductas reprimidas, más oscuras y poco favorables con el otro, como establece la doctora en psicología Rosario Larrea. Ella afirma que la ingesta de bebidas alcohólicas permite que una persona que vivió reprimida por mucho tiempo, termine liberando una conducta psicopática, para cometer el peor de los delitos en contra de una o varias personas, inocentes generalmente.

Por este aspecto no solo se debe recomendar que las personas eviten el consumo de bebidas alcohólicas, porque es probable que eso no suceda, más cuando esa ingesta está estrechamente relacionada con la “cultura” de relacionamiento social. Pero es mejor que las personas que enfrentan diferentes problemáticas en su desarrollo social, recurran a un psicólogo, sobre todo cuando el consumo de bebidas alcohólicas puede ocasionar diferentes problemas, desde perder empleo, amistades, familia y generar daños físicos y psicológicos a las personas con las que más nos relacionamos.