El día 9 de septiembre ha sido declarado por las Naciones Unidas, como Día Internacional de la Democracia, en homenaje a que ese día un grupo de periodistas y activistas coincidieron en un país africano, en procura de los derechos de las mujeres y los excluidos.
Precisamente la democracia como sistema de gobierno y ahora de vida, tiene su origen en la antigua Hélade o Grecia, se atribuye a Clistenes el uso del término, y fue practicada como democracia directa en Atenas durante el siglo de Pericles y aun después. Ha sido adoptada en buena parte del planeta como el mejor sistema de gobierno y de vida social. Su origen semántico significa en griego: gobierno del pueblo y según la definió el que fue presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln: “es del gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo” (discurso de Gettisburg).
Al desaparecer las monarquías absolutistas a fines del Siglo XIX y en especial a partir de las revoluciones norteamericana de 1776 y francesa de 1789, se fue imponiendo en el mundo del brazo del liberalismo y del sistema republicano de organización del Estado, hasta la democracia moderna del Siglo XX y la contemporánea que se ha establecido luego del colapso del socialismo-comunista y de la ex Unión Soviética y sus satélites.
La democracia como sistema tiene muchos componentes que hacen del mismo un modelo de convivencia democrática, entre éstos están: la soberanía popular, o soberanía del pueblo, que es el depositario de ésta, para elegir a quiénes y cómo quiere que lo gobiernen; la libertad de los individuos; el estado de derecho, entendido como la sujeción de todos a la ley; la regla de las mayorías y minorías en la administración del Estado; la independencia y separación de los órganos o poderes del Estado; la alternabilidad en el ejercicio del poder; el sufragio libre; el constitucionalismo, es decir que toda la actividad dentro del Estado debe estar ajustada a lo que prescribe la Constitución (organización del Estado y límites al poder); el individualismo, es decir que el Estado deben estar al servicio del individuo y la preservación de sus derechos; la pluralidad de partidos y su libre actividad; la libertad de pensamiento y expresión; el derecho de información; la opinión pública como expresión de lo que quiere el pueblo; la libertad de asociación; los derechos humanos; la propiedad privada; la libertad económica y otros.
La democracia en su proceso de desarrollo ha sufrido muchas interpretaciones y prácticas, de tal manera que incluso corrientes ideológicas que por principio son anti democráticas, como la socialista-comunista, utilizaron el término de “democracias populares”, o los autoritarismos disfrazados de democracia de este tiempo, que se les ha dado en denominar “democraduras”, es decir dictaduras disfrazadas de democracia.
Entre los “enemigos” más notorios de la democracia están las corrientes “totalitarias”, es decir, regímenes socialistas-comunistas y fascistas nazistas, que plantean: “todo en el Estado, nada fuera del Estado”, donde el individuo debe estar al servicio del Estado, y las dictaduras populistas, que en nombre del pueblo, de los pobres etc., implantan regímenes de fuerza y someten a sus pueblos mediante la represión, persecución y el asesinato, anulando las libertades y derechos de los ciudadanos.
Una de las flaquezas del régimen democrático es, sin duda, el aspecto económico, es decir la distancia entre ricos y pobres, pues si bien se garantiza las libertades, la pobreza de la mayoría es una realidad. Por ello esta debilidad debe ser superada construyendo una sociedad de libres, pero a la vez superando la pobreza, pues: ¿de qué sirve ser libre para morir de hambre?
Si bien en los regímenes democráticos la actividad e iniciativa privada tienen amplias garantías, es necesario que las políticas de gobierno se vuelquen a atender la mejor calidad de vida de los pobres, de tal manera de superar el cuadro agudo de pobreza que afecta a muchas sociedades democráticas y que puede dar lugar precisamente a que políticos aventureros, en nombre de los pobres se hagan del poder y que al final agudizan la pobreza sin libertades.
El camino a perfeccionar la democracia, como sistema de gobierno y de vida social, es la de formar a los individuos en los valores democráticos, y no como sucede en nuestro país, en el que el Ministro de Gobierno en un programa televisivo sobre el desarrollo electoral, al ser preguntado sobre la división e independencia de poderes y otros elementos de la democracia, afirmó que eran producto de la Revolución Francesa y que hoy resultarían superados, cuando la institucionalidad democrática está basada precisamente en esos elementos que hacen que la democracia sea tal como es y debe ser, lo demás es una falsa democracia.
El autor es abogado, politólogo y escritor.
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