Por racismos y complejos persisten matanzas en EEUU

El pueblo de los Estados Unidos sufre, desde hace tiempo, matanzas indiscriminadas de personas por obra de quienes, por racismos y complejos de diversa índole, con armas de gran poder, causan muertes en diversos pueblos y ciudades, supermercados y sitios públicos a los que acuden armados y disparan implacable y sañudamente contra mujeres, niños, ancianos y contra todo lo que encuentran a su paso, causando numerosos muertos y heridos. Hace pocos días se han producido dos matanzas casi simultáneas en dos ciudades, Dayton (Ohio) y El Paso (Texas). Estos hechos conmocionan no solamente al pueblo norteamericano, sino al mundo entero, que se siente conmovido por tanta muerte y desgracias sufridas.

El presidente Donald Trump “condenó el fanatismo y el supremacismo blanco e instó a aplicar la pena de muerte para los autores de tiroteos masivos”. Indignado por los hechos que ya suman centenares de víctimas, dijo: “Con una sola voz, nuestra nación debe condenar el racismo, el fanatismo y el supremacismo blanco”. Añadió: “los condenados por crímenes de odio deberían encarar la pena de muerte con ejecuciones rápidas”.

Se piensa que la pena de muerte, vigente en muchos Estados de ese país, seguramente será aplicada a quienes, luego de las matanzas, caigan en manos policiales. Pero no ocurre así porque muchos de ellos caen por la acción policial y pierden la vida conjuntamente sus víctimas. El problema, conforme se produce en diferentes ciudades y circunstancias, es una muestra más del odio reconcentrado que tienen muchas personas imbuidas de un racismo enfermizo, que desde hace siglos están empeñadas en acabar con la vida de personas de color, latinoamericanos, asiáticos, indios de las diversas tribus de Estados Unidos que se encuentran en reservas y con todos los que “tengan mezcla de sangre”, porque para los racistas “solamente los blancos tienen derechos adquiridos para la vida”.

De una u otra manera, el Sr. Trump ha condenado los crímenes; pero debe darse cuenta que todo ello es nada más que reflejo de los complejos y odios que él ha demostrado por latinos, personas de color y gentes que no sean de “su raza o color”. Y en este tiempo desencadena una lucha muy peligrosa en contra de quienes han emigrado a los Estados Unidos y que están en permanente peligro de perder todo derecho para estar en el país del norte, donde, por órdenes del sr. Trump, no hay consideración alguna ni por los niños, así hayan nacido en ese país y cuyo “delito” es ser hijos de “gente indeseable” (como dice el Ku klux klan) para los racistas y acomplejados que creen tener todo derecho a la vida.

El señor Trump, pues, condena y pide la muerte para quienes causan víctimas con armas de gran poder y que, con seguridad, lo hacen impulsados por el ejemplo de odio que el Presidente de ese país demuestra desde que asumió la Presidencia. El mundo no puede soportar que a la altura que ha llegado la civilización, haya aún racismo y discriminación que cobre vidas en aras de quienes solo saben odiar y dar paso a complejos y posiciones racistas que agravan los problemas de la humanidad.