Con visos de alarma, la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo dependiente de Naciones Unidas, ha hecho saber a todo el mundo el peligro en que se encuentra la población de contraer la enfermedad de sarampión, ya que entre el 1 de enero y el 31 de julio de este año, 182 países han informado sobre 364.808 casos de la enfermedad. En este mismo período del año 2018 fueron reportados 129.239 casos. La diferencia señala que el mal tiende a crecer grandemente sino se toma previsiones con carácter de urgencia.
El mal tiende a multiplicarse debido a que la mayoría de los países, especialmente de los que integran el Tercer y Cuarto Mundo, no vacunan a los niños en los períodos debidos y con las dosis que están fijadas previamente. Informa la OMS que niños que han sido vacunados oportunamente han evitado contraer la enfermedad porque, además, cuentan con los controles médicos periódicos que se requiere (ED 13-8-19).
En diversas oportunidades, la OMS ha prevenido sobre la presencia de enfermedades que atacan a la población y hace contadas semanas previno sobre la propagación del virus del Ébola que ya cobró miles de víctimas, especialmente en países africanos. Considera la OMS que los gobiernos deberían adoptar las medidas más enérgicas contra enfermedades que se puede contraer masivamente porque son contagiosas. Se ha sostenido también que muchas enfermedades endémicas que ya fueron erradicadas en la mayoría de los países, tienden a resurgir debido a las condiciones de contaminación de las aguas, de algunos alimentos, de contagios directos a través de viajeros que “trasladan los males” de un país a otro. Previene sobre todo para que los niños reciban las dosis preventivas en los tiempos fijados para cada año, porque muchas veces se cree que con solo una vacuna se ha cumplido para evitar permanentemente la enfermedad que siempre “está latente en el medio ambiente”.
Señala la organización internacional que el sarampión puede causar las siguientes enfermedades: Daños cerebrales permanentes, neumonía, sordera, parto prematuro, bebés con bajo peso al nacer, muerte. Los síntomas son fácilmente identificables y son: moqueo nasal, fiebre alta, tos, ojos rojos, erupciones o salpullidos. Estos síntomas muestran que pueden aparecer de 7 a 14 días después de infectarse.
Es urgente que los Ministerios de Educación y Salud Pública prevengan a la población contra el sarampión y den las instrucciones debidas mediante medios de comunicación para que las familias tomen los recaudos precisos para sus hijos; que maestros de escuelas y colegios instruyan a los niños sobre los males que produce esta enfermedad y que pidan a sus padres que se les atienda con las vacunaciones del caso. En síntesis, las prevenciones tienen que ser generales en la población de todo el país.
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