Oscar Espinosa García
I
El caudillaje ha dominado la vida política del país, más que gobiernos se ha buscado caudillos para que dirijan los destinos del país y la elección de caudillos se hizo siempre sobre la base de criterios subjetivos y afectivos. Recordemos el ascenso que tuvo el presidente Evo Morales, desde dirigente cocalero hasta ocupar la presidencia más larga de la historia de Bolivia (ya son más de 13 años) que se debió a los bloqueos en el Chapare y a las revueltas en la ciudad de El Alto. “No soy economista, no soy experto en planificación, yo soy experto para marchar y bloquear caminos”, así describió su perfil en un foro internacional de desarrollo y sus antecedentes personales para llegar a la presidencia.
Gran parte de los bolivianos encontraron en él al poderoso caudillo que debía ocupar la presidencia, en reemplazo de tres presidentes constitucionales: Gonzalo Sánchez de Lozada, Carlos Mesa Gisbert y Eduardo Rodríguez Veltzé, que eran el resultado de un sistema político y económico, al que la República de Bolivia llegó después de 180 años de azarosa vida republicana.
El sistema de Goni
En 1985, para enfrentar la crisis económica que vivía Bolivia, que vino después de una bonanza y un gobierno autoritario y estatista y de otro izquierdista, el Gobierno del Dr. Víctor Paz Estenssoro dictó el Decreto Supremo 21.060. Su redacción estuvo a cargo de un equipo de profesionales bolivianos a la cabeza de Gonzalo Sánchez de Lozada. El decreto fue promulgado el 29 de agosto de 1985. La crisis cedió y el país volvió a la normalidad económica.
El DS 21.060 no fue solamente para superar la crisis, sino que fue el comienzo de una nueva política económica, que comprendió a un conjunto de reformas estructurales que cambiaron el sistema económico de Bolivia. Básicamente, se pasó de un sistema económico en el que el estado era el principal ejecutor de las actividades económicas, a un sistema en que el mercado sea el lugar donde se realizan y se estimulan las actividades económicas. El Estado es imprescindible en el sistema económico, pero tiene otras funciones, que la de intervenir en las actividades productivas. Su función es regular la economía y proveer bienes y servicios que el sector privado no puede producir. Para ello fue transformado en su organización y sus instituciones. Se dio a las prefecturas y a los municipios una función más preponderante dentro de la administración del Estado.
Las medidas más importantes del decreto 21.060 y de su complementario, el 21.660, fueron:
- Reducción del déficit fiscal mediante el congelamiento de salarios, aumento del precio de la gasolina y reducción de los gastos del Gobierno. Se racionalizó la burocracia y se estableció para el Gobierno una disciplina para llevar las finanzas públicas y una prudencia para llevar la política monetaria.
- Reforma del Banco Central, para que sea una institución independiente del poder político. Se prohibió los préstamos que hacía a las empresas públicas y al Ejecutivo.
- Introducción de una tasa de cambio real y flexible del dólar, mediante la creación del bolsín manejado por el Banco Central.
- Liberalización total del mercado, donde debería hab er libre oferta y demanda y libertad para poner precios (con excepción del transporte público urbano). Se estableció la libre contratación en el mercado laboral.
- Reforma tributaria: se redujo más de 400 impuestos a siete básicos, entre ellos el IVA. Establecimiento de un arancel único a las importaciones, con excepción de una lista de bienes de capital que estaba sujeta a un arancel menor.
- Apertura de la economía al mercado internacional. Se estableció la libre importación y exportación de bienes y servicios. Fueron quitadas las restricciones sobre los movimientos de capitales desde y hacia el país.
El autor es ingeniero civil y docente de la UMSA.
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