La pobreza multidimensional

El régimen populista que nos gobierna casi catorce años continuos sostiene, en la propaganda permanente y millonaria de la que hace gala, que ha rebajado la pobreza extrema y que ésta apenas alcanza a un 15%, pero resulta que según estudios efectuados por profesionales de alto nivel, la situación es distinta, pues los niveles reales no solo que no habrían descendido, sino que se elevaron.

El Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) ha hecho conocer, hace unas semanas, el estudio titulado: “Desigualdades y Pobreza en Bolivia, una propuesta multidimensional”, basada en encuestas del Instituto Nacional de Estadística (INE) del año 2017, según la cual el país está en un cuadro de pobreza tal, que el 34% de la población boliviana es pobre por ingresos y los pobres “multidimensionales” llegarían al 61%, en una situación de deterioro macroeconómico, productivo, laboral y social.

Según el estudio del CEDLA, en este cuadro de pobreza la falta de recursos monetarios, la falta de acceso a bienes durables, educación, internet y otras variables, serían las que influyen en esta situación. El estudio señala que el desigual acceso a la tierra es una causa de pobreza, pues los grandes capitalistas tienen en promedio 86.3 hectáreas, mientras los campesinos individualmente solo tienen en promedio 10 ha, y la mayoría trabaja ordinariamente algo más de una ha.

Por otro lado, el estudio señala que el aporte de los campesinos a la producción agrícola de alimentos ha disminuido notablemente, así en 2013 participaban con apenas el 10% de la producción agrícola del país. La fuerza laboral campesina y de los colonos (hoy denominados interculturales) es del 25% de la fuerza laboral del país (1,3 millones de individuos), de los que el 83 % está en situación de pobreza multidimensional. A esta situación hay que agregar que el Estado invierte alrededor de 600 millones de dólares en importar productos alimenticios, y otro tanto ingresa de contrabando.

Según el estudio, los campesinos han optado por el abandono de la actividad agrícola y su transformación en oferta de mano de obra urbana, de tal manera que los califica de campesinos semiproletarizados, además otros han optado por la actividad política-partidaria u otras actividades como el contrabando, en las zonas fronterizas.

En estas mismas páginas expusimos anteriormente el problema del crecimiento económico del que hace propaganda el régimen, cuando es el “desarrollo humano” el que en verdad nos da los parámetros cabales de la situación de pobreza, que tiene que ver con el acceso a la buena educación salud, justicia, vivienda, empleo, seguridad etc., variables a los que ahora los investigadores les han dado el enfoque de multidimensional.

Hasta hace algunos años, un programa de las Naciones Unidades (PNUD) en nuestro país solía anualmente analizar el desarrollo humano de nuestra población y sus incidencias sociales en el desarrollo, que era un importante aporte para medir cabalmente la situación real de los habitantes, pero seguramente por solicitud del gobierno del MAS, este importante programa ha sido liquidado.

Como dijimos antes, el crecimiento no es nada más que una operación aritmética que hacen algunos organismos internacionales, que dividen la totalidad de ingresos por el número de habitantes, pero la realidad es que esos ingresos -más aun los que “como nunca antes” ingresaron al país gracias a los altos precios de las materias primas que exportamos- no llegaron a los sectores más necesitados y empobrecidos, habiéndose, por el contrario, beneficiado de la política económica populista los sectores de intermediación financiera, los importadores y contrabandistas, la burguesía agro industrial y comerciante y, por supuesto, la crecida burocracia del aparato administrativo del Estado y la “nueva rosca” gobernante que hace catorce años se beneficia de las canonjías del poder.

Es tiempo de reordenar la política económica y social del país, para que efectivamente todos nos beneficiemos de los escasos o supuestos abundantes recursos económicos que tenemos en el país, superando además el carácter extractivo de recursos naturales y la depredación de los bosques y parques naturales de reserva, pues a título de que la preservación de la naturaleza es un discurso del imperialismo (discurso del vicepresidente el 6 de agosto), se está dañando gravemente al entorno medio ambiental.

El autor es Abogado, Politólogo y escritor.