¡Pedir ayuda internacional para salvar la Chiquitania!

El ciudadano común boliviano considera que solo con la ayuda Internacional que de inmediato llegaría a nuestro país, se podría apagar el fuego y salvar la Chiquitania. Porque esperar que vengan las lluvias y apaguen el fuego en la Chiquitania, es asumir la tonta idea de quienes creen que en algún momento aparecerá un milagro.

Aunque ya han pasado más de cuarenta días del incendio criminal provocado en la Chiquitania, todavía el Gobierno de Bolivia, presidido por Evo Morales Ayma, está a tiempo para declarar públicamente el Desastre Nacional.

Y automáticamente esta declaratoria será objeto de solidaridad a nivel internacional, y analizando la gravedad del problema que agobia a Bolivia, de inmediato se haría efectiva una valiosa ayuda, esto es, con los equipos especiales y modernos y además con bomberos expertos en apagar incendios. Aunque, pese a la ardua lucha contra el fuego, no podrán apagar los incendios en su totalidad, porque supuestamente hay manos interesadas que se están encargando de reavivar los que ya fueron apagados.

Ante esa actitud criminal, solo con un informe oficial por quienes están comandando la lucha contra el fuego, se sabría qué grupos son y cuáles los usos que se les daría a dichas áreas protegidas. En el fondo, se confirmaría lo que el pueblo boliviano ya intuía desde mucho tiempo atrás.

Y ahora, por fin después de más de 40 días del inicio del premeditado incendio de la Chiquitania, la ciudadanía recién se entera de lo que piensa el vicepresidente Álvaro García Linera, quien dijo que no se pidió la ayuda internacional “porque sería como pedir limosna”.

Y el ciudadano común considera dicha declaración pública como un falso orgullo de quien supuestamente ha olvidado que nuestro país figura en la tabla internacional de los países más atrasados y pobres del mundo, ocupando el penúltimo lugar, antes de Haití.

Es más, el ciudadano común boliviano se permite aclararle que pedir limosna es lo que está haciendo el presidente Evo Morales Ayma al ir personalmente a países europeos, para pedir que sus empresarios inviertan sus capitales en Bolivia. Cuando, por el contrario, es regla internacional que los empresarios extranjeros sean los que viajen a todos los países democráticos del mundo y ofrezcan sus capitales para invertir. ¿Qué lástima, verdad?