El poder de la meditación relajadora

Puesto que la vida conlleva muchas tensiones y en estos tiempos, mucha negatividad, se hace necesario aprender a utilizar la relajación en sus diferentes formas y en sus diferentes aspectos para lograr una disminución de esas tensiones que en su mayoría son inconscientes.

Para el ejercicio que hoy estamos aprendiendo necesitamos estar sentados y en un lugar donde no seamos ni molestados ni interrumpidos y en cuanto al tiempo, sólo se requieren tres minutos o un poco más si hiciera falta.

Con el cuerpo sentado, la columna vertebral recta, los ojos cerrados, las manos unidas con los dedos entrelazados, hacer tres respiraciones abdominales profundas, luego dejar de pensar voluntariamente, después de algunos instantes de silencio proceder a decir en voz alta la siguiente sugestión:” todo mi cuerpo se está relajando, todo mi cuerpo se está relajando”, a continuación se debe aflojar el cuerpo y dejar que se apoye en nuestra sida o sillón tal como lo pida la fuerza de la gravedad.

A continuación seguiremos relajando algunos grupos musculares importantes, siempre repitiendo en voz alta: ”mi espalda se está relajando”, luego, “ mi cuello se está relajando”, y, finalmente, “ mi cabeza se está relajando”.

Ahora entramos en un estado meditativo propiamente dicho que consiste en dejar de pensar y de quedarse quieto sin hacer nada durante uno o dos minutos o lo que hiciera falta y cuando uno ya quiere salir del estado meditativo debe pensar o decir: ”cuando salga de este estado meditativo percibiré la diferencia” y eso es todo.

Puede hacer el ejercicio una vez al día o cuando se sienta muy cansado o preocupado; nos vemos en el artículo de mañana.

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