“Nicaragua debe revisar prohibición de entrada a comisión de OEA”

La Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (Oacnudh) expresó, a través de su cuenta en Twitter, que el régimen de Nicaragua debe de revisar su postura ante la prohibición de ingreso al país de la comisión especial de la Organización de Estados Americanos (OEA), la cual tiene por finalidad “llegar a una solución pacífica y efectiva de la crisis sociopolítica y de derechos humanos en Nicaragua”.

El sábado 14 de septiembre, la dictadura orteguista envió una circular a las compañías aéreas que operan en el país, diciéndoles que “no está autorizado el ingreso a Nicaragua ni podrán ser abordados en sus aerolíneas con destino a Nicaragua” por la embajadora Elisa Ruiz Díaz Bareiro, representante permanente de Paraguay ante la OEA.

De igual manera, prohibió la entrada a Leopoldo Francisco Sahores, subsecretario de Asuntos de las Américas del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina; Sebastien Sigouin, director de Asuntos Globales de Canadá para Centroamérica, Cuba y República Dominicana; Carlos Trujillo, representante permanente de Estados Unidos ante la OEA, y Audrey Marks, representante permanente de Jamaica ante la OEA.

Asimismo, negó la entrada al jefe de gabinete del secretario general de la OEA, Gonzalo Koncke, y al oficial de prensa de la organización, Pablo Sandino Martínez.

Estos diplomáticos conforman el equipo de trabajo de la comisión especial de la OEA, designada e integrada el pasado 30 de agosto en la OEA, para reunirse con negociadores de la oposición y el régimen orteguista con el fin de que reanuden el Diálogo Nacional y salir de la crisis sociopolítica que vive el país.

La comisión debe presentar su informe al Consejo Permanente en un plazo de 75 días, según quedó establecido.

ESTADOS UNIDOS

En el mismo sentido, la excongresista de Estados Unidos Ileana Ros-Lehtinen expresó en su cuenta en Twitter que la decisión de Daniel Ortega de negar la entrada a comisión de OEA a Nicaragua “cierra puertas a salida diplomática y demuestra al mundo, una vez más, que al régimen no le interesa el bienestar de los nicaragüenses, mientras sigue reprimiendo”.

Ros-Lehtinen, asimismo, aseguró que “el compromiso de Estados Unidos (con) la democracia continúa”.

La comisión especial de la OEA sobre Nicaragua refirió el último domingo su malestar por la prohibición a los diplomáticos que conforman el grupo, pero aseguró que su trabajo continuará, por lo que también hizo un llamado al gobierno a revisar su posición.

“El viaje de la Comisión a Nicaragua, previsto para los días 16 y 17 de septiembre, tenía por objeto dar cumplimiento a su mandato de llevar a cabo gestiones diplomáticas al más alto nivel a fin de procurar una solución pacífica y eficaz para crisis política y social en Nicaragua”, afirmó la comisión, integrada por representantes de Argentina, Canadá, Estados Unidos, Jamaica y Paraguay, en un comunicado.

En el mismo texto de la comisión, informa que la dictadura de Daniel Ortega había sido notificada del viaje, ya que “la intención de la Comisión es interactuar de manera constructiva con sus autoridades, así como con actores relevantes de la sociedad civil, con el fin de establecer un proceso de diálogo y alcanzar una solución a la situación que atraviesa el país”.

SANCIONES

En tanto el congresista Albio Sires, uno de los patrocinadores de la Ley de sanciones contra el régimen de Ortega, aseguró que la dictadura podría enfrentarse a más sanciones económicas ante la negativa de permitirle el ingreso a la comisión.

Represión sigue al rojo vivo

La Oacnudh en meses anteriores dijo que la situación en Nicaragua le preocupa porque “continúa siendo volátil”, porque las detenciones ilegales de los manifestantes y los procesos judiciales arbitrarios continúan.

Además, la actual crisis sociopolítica en el país inició el 18 de abril de 2018, cuando empezaron las manifestaciones como reacción a las reformas de la Ley de Seguridad Social, que fueron reprimidas con violencia por el régimen y aumentó la inconformidad social por el número de personas asesinadas, en su mayoría jóvenes (328).

Ahora, el malestar social se mantiene en demanda de investigación de los asesinatos, justicia, democracia, reformas electorales y elecciones transparentes. Nicaragua)